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Tanto la DO Bierzo como la DO León ofrecen cada vez mejores alternativas. Ojo a los desarrollos con los vinos blancos.

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León

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maría j. muñiz

rNo hay plato que no sepa mejor si se presenta con esmero, ni guiso que no gane con un buen sofrito de partida, ni carne que no pueda ser rellenada con contundencia de sabores. Del aperitivo al postre, pasando por las alternativas de sopas, cremas y pescados, existen sabrosas alternativas que sortean el precio disparatado de los productos ‘tradicionales’ de estas fechas. ¿Tradicionales? El recetario clásico leonés escapa por los rincones de la inflación desbocada, y permite poner cordura a unas mesas que saben mejor con la cocina de cariño y compartida que las que se montan sólo a base de euros, saltándose la lógica de la economía doméstica de cada uno. Si el único alimento con cáscara que puede permitirse esta Navidad es el huevo, no se apure. Hay menús para colmar todas las expectativas. Y apostar por los productores locales siempre es un inteligente gesto de economía circular.

Para abrir boca son imbatibles los embutidos y quesos leoneses. Y siempre se les puede dar una vuelta. Rollitos de cecina rellenos, quesos o pimientos caramelizados en empanada con manzana o pera asada, morcilla en pequeñas raciones con manzana y piñones en saquitos de pasta filo, chupachúps de jamón con su moje de tomate y toque de albahaca, piruletas de queso y especias,... Tirar de lo cercano con imaginación, y estirar la propuesta si es necesario, tiene un interminable repertorio para abrir boca con éxito.

Los del primero calentito tienen también sus propuestas bien tradicionales y arregladas de precio. Del consomé, aliñado según los gustos (ese resultado de carnes y huesos enriquecido con huevo o licor), a la muy leones lombarda, adornada con piñones y pasas si se le quiere dar un toque. Una riquísima sopa de trucha o una crema de castañas (un puntito de foie le da el toque festivo) recomponen cualquier estómago

Si no se quiere renunciar al pescado, siempre está el bacalao en sus más arraigadas recetas locales. O un salpicón de marisco, en el que la inteligencia doméstica permite meter todo el sabor del mar sin tirar la cartera por la borda.

En carnes, las hay que disparan su precio (y las tenemos todo el año) y las que más sanas para el michelín y el bolsillo permiten preparaciones vistosas y sabrosas. Como pavos y pollos. En pocas mesas bercianas faltará un botillo en estos días.

¿Un dulce diferente y casero? Tronco de Navidad con castañas y chocolate. La diferencia está en la forma. La oferta de bebidas es cada vez más abrumadora. También la producción leonesa ofrece propuestas día a día más cuidadas y sofisticadas. E innovadoras. Es un buen momento para acercarse al trabajo, por ejemplo de las dos DO provinciales.

Como las propuestas son inabarcables, apenas unos apuntes. En la DO Bierzo los mencías siguen siendo los reyes, cada vez más elegantes y afrutados. La oferta es inmensa. Menos conocidos, aunque con un mercado prometedoramente creciente, los godellos. Afrutados, pero con cuerpo, las propuestas que avanzan en la investigación de la crianza y envejecimiento de la variedad son toda una sorpresa.

Como los vinos de la DO León, empeñada no sólo en avanzar en sus variedades tradicionales sino en poner en valor variedades como la Negro Saurí; o en aportar el toque diferencial con su tradición en vinos semidulces. El albarín sigue creciendo en propuestas y adeptos, mientras la Prieto Picudo gana en matices y los vinos envejecidos ofrecen sorprendentes resultados.

¿Quién da más? Sin salir de ‘casa’ y sin forzar el presupuesto. La sensatez se impone en las cocinas navideñas con mucho, mucho gusto.

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