La tejedora que montó el belén en la residencia de Armunia
Más de dos meses ha estado tejiendo esta mujer de 89 años para el misterio navideño
Una rotura de cadera dejó a María Luisa Pilar Fernández Campazas postrada en una silla de ruedas. Sin embargo, sus manos tienen un movimiento inigualable con la aguja de crochet. Tanto ganchillo hace que un día, poco después del verano, le propusieron que hiciera un belén para la residencia de Armunia donde vive desde agosto.
«He tejido durante dos meses, día y noche sentada en la cama», confiesa. Pilar está «encantada» con el resultado. «Empecé con el misterio —San José, la Virgen y el Niño— con la burra y el buey», relata. Después tejió el pastor, tres ovejas, un gallo, una gallina y sus polluelos... La estrella, el ángel y otros personajes populares del Nacimiento.
El belén de ganchillo de Pilar ha tenido tanto éxito que «ha sido fotografiado por ‘miles’ de personas», afirma emocionada. Las imágenes han llegado hasta su pueblo, Almagarinos. «Me han pedido que les haga uno, pero tanto ya no puedo. Ahora quiero completar este y, si puedo, hacer un árbol», comenta. «Me quieren mucho en el pueblo y allí donde estoy porque me gusta portarme bien y que se porten bien conmigo».
Pilar reconoce que «tengo una manera de ser no puedo estar parada». En su afán tejió llaveros con diferentes motivos para todo el personal. Su huella de tejedora también quedó en la residencia Domus Vi de La Virgen del Camino, donde estuvo durante un año antes de que le dieran la plaza en Armunia, residencia pública que pertenece a la Junta de Castilla y León.
No ha parado de hacer ganchillo. Gatos, perros, gajos de sandía o limones, corazones, calcetines, perritos y gatos forman parte de su repertorio de aguja u calceta.
Pilar nació en el pueblo asturiano de Moreda, cuenca minera, y se crió en Almagarinos, pueblo del Bierzo Alto y del municipio de Igüeña desde el que el carbón salía en la línea de baldes hacia Brañuelas, para, desde allí, tomar el tren. «Llegué a Almagarinos con seis años, hasta que me casé y vine para León porque mi marido era de Villaquilambre», rememora.
Su padre y sus hermanos trabajaron en el exterior de las minas y como transportistas del carbón, cuando los camiones se impusieron al transporte por ferrocarri. En su vida de casada se dedicó a la crianza. Tuvo dos hijas y un hijo y ahora goza también del cariño y de la compañía de seis nietos a los que ha ayudado a criar a sus padres hasta donde le alcanzaron las fuerzas. También tuvo actividad laboral. «Cosía para fuera, pantalones y otras prendas para una fábrica. Me llevaba la ropa a casa», recuerda. Era una forma de complementar los ingresos familiares. «Un sueldo solo era poco», remarca.
En torno al belén de ganchillo de Pilar, la residencia de Armunia ha creado un espacio navideño en el que los villancicos y la ilusión han sacado sino miles de fotos, sí miles de sonrisas de todas las personas que viven allí y aún se pueden mover y de las visitantes.
La residencia de Armunia es una de las que ha ofertado cenas y comidas de Nochebuena y Navidad y Nochevieja y Año Nuevo a las personas mayores como una de las medidas para evitar la soledad no deseada en estas fechas tan señaladas.
De momento, ninguna persona se ha inscrito en este centro. Según la gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León, una persona ha solicitado este servicio en la residencia de Ponferrada que también es de su titularidad. Otros centros de la capital leonesa están adheridos a esta iniciativa a través de los Ceas bajo la coordinación de la Concejalía de Mayores del Ayuntamiento de León.
En el programa La Navidad en compañía participan ‘La Navidad en compañía’, destinada a mayores de 65 años de León que estén solos, participan las residencias Virgen de la Guía, Residencia Vitalia-Juan Pablo II, residencia Santo Martino, Caser Residencial León; Centro Buendía Eras; Centro Buendía Altollano y la residencia municipal Virgen del Camino.