BAJA PRESIÓN
Resultados muy satisfactorios
Armando Medina
El riego a baja presión se abre paso como alternativa para ahorrar gastos en la agricultura, especialmente en los regadíos modernizados, donde la provincia de León es punta de lanza a nivel autonómico y nacional. La Junta de Castilla y León, a través de Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), lleva ya tres años realizando ensayos en varias parcelas de maíz, patata y remolacha con resultados «muy satisfactorios», sin que se hayan producido mermas apreciables en las producciones en ninguno de los cultivos.
El gasto en energía es uno de los costes más importantes de los regadíos modernizados, especialmente con el aumento de precios que ha experimentado la electricidad en los últimos años. Las comunidades de regantes se afanan en buscar fórmulas que minimicen estos costes y muchas ya tienen en marcha proyectos e inversiones millonarias para la instalación de parques solares fotovoltaicos de autoconsumo que les permitan ser lo más autosuficientes posibles. Pero desde el Itacyl han puesto también el foco, además de apoyar todas estas iniciativas de producción de energía propia, en el menor gasto de la misma como es el riego a baja presión.
En este sentido, la Junta de Castilla y León lleva trabajando en una actuación de colaboración liderada por el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León, cofinanciada por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader), enmarcado en la submedida 16.2 del PDR de Castilla y León 2014-2020. De esta manera durante las campañas 2021, 2022 y 2023 se han realizado ensayos en parcelas de cuatro agricultores pertenecientes a las comunidades de regantes del Canal de Tordesillas (Valladolid), Canal de Riaza (Valladolid) y Soto de Cerrato (Palencia). En el proyecto han participado también cuatro empresas fabricantes de equipos de riego que se desarrollan aspersores de baja presión (VYR S.A., Naandanjain Ibérica, Nelson Irrigación y Regaber).
Los ensayos se han realizado en los tres principales cultivos extensivos de regadío de Castilla y León como son el maíz, la remolacha y la patata. El sistema de riego sobre el que se han realizado los ensayos es el riego con cobertura aérea, utilizándose un marco de riego de 18 meros entre líneas de aspersores y 18 metros entre aspersores. Es decir 18x18 metros, con disposición en marco real. Se han probado cuatro modelos distintos de aspersores de baja presión para regar a 2kg/cm2 y un modelo de aspersor convencional para regar a 3,5 kg/cm2 que hacía de testigo.
Los resultados de producción obtenidos en las campañas 2021 y 2022, «tanto en los ensayos de patata y remolacha, como en las parcelas de maíz fueron muy satisfactorios, ya que la diferencia de presión en el riego no tuvo repercusión en el rendimiento final de los cultivos, siendo en todos los ensayos muy similar», señalan desde el Itacyl. De la campaña 2023 no se disponen aún de resultados definitivos, «pero podemos avanzar que siguen la tendencia de las otras dos campañas».
Desde el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León, recuerdan que «el incremento del coste energético para todas las actividades económicas no constituye una excepción para la agricultura, siendo uno de los costes más importantes, de manera que todas las actuaciones de regadío que se acometan deben diseñarse y planificarse con el objetivo de conseguir la mayor eficiencia energética posible. El objetivo general del proyecto es demostrar que se puede regar con menor presión, reduciendo en consecuencia los costes derivados del riego, sin mermar su calidad, obteniendo la producción óptima deseada».