Adiós a la última boticaria de León
Nila Sofía Martín-Granizo Quintana fallece a los 80 años
Nila Sofía Martín-Granizo Quintana, quien durante más de treinta años estuvo al frente de la farmacia fundada por su padre, Isaac Martín-Granizo, en la Avenida de Roma, falleció el día 6 de enero por la noche en León a los 80 años.
Mujer con una personalidad arrolladora y de fuertes convicciones, dejó huella en la capital leonesa mucho más allá del mostrador y de la rebotica donde elaboraba fórmulas magistrales y productos de perfumería para la droguería anexa que, durante años, también fue un santo y seña de la capital de material de bellas artes, manualidades y decoración.
Fue pionera en el servicio nocturno de farmacia en León, con no pocas críticas de la acomodaticia sociedad leonesa, y alertó de las consecuencias de la liberación del sector: exceso de concentración de boticas en lugares poblados y peligro para las que prestan servicio en lugares "inhóspitos o peligrosos".
Nila Martín-Granizo llevaba en el ADN la profesión -su madre, Adolfina Quintana también tuvo botica en el Paseo de La Condesa- y estudió en Madrid en los años 60, cuando las aulas de la Facultad de Farmacia destacaban ya por la alta presencia de mujeres frente a otras carreras universitarias.
Antes, con tan solo 15 años, había estado en París animada a conocer mundo e idiomas por su padre, cuya muerte en 1967 causó un gran impacto en su vida y en su salud mental, como ella misma confesaba sin tapujos en 2002 en la entrevista que le hizo Ángel María Fidalgo para la serie dominical Retratos de Interior.
Su acomodada posición nunca estuvo reñida con un hondo sentido de la justicia social. En eso también le marcó la impronta paterna. Recordaba que en Navidad la llevaba a visitar y entregar mantas y comida a las familias que vivían en las chabolas bajo el puente de San Marcos y siempre tendió la mano, sin ruido mediático, a personas en apuros. En el 25 aniversario de su gestión al frente de la farmacia regaló a sus empleados un viaje a Túnez.
Como buena farmacéutica también fue una gran escuchadora de las dolencias emocionales de sus clientes, una confesora laica que palpó el hondo dolor de la soledad detrás del mostrador.
Fue una gran matriarca. Casada con Rafael Anel, tuvieron siete hijos e hijas (cinco hombres y dos mujeres) que siguen su estela más allá de la botica que regenta su hija Águeda Anel Martín-Granizo o de la Clínica de Fisioterapia en que transformó el local de Droguería Isaac Anel Martín-Granizo. Rafael, Cristina, Julio, Francisco y Rodrigo llevan también su espíritu emprendedor y de superación ante las adversidades.
Entre sus 15 nietos y nietas destaca María Martín-Granizo, que nació con una agenesia femural, con un amplio palmarés mundial y nacional en esquí adaptado y surf y que aspira a participar en los juegos olímpicos de invierno de 2026 en Italia.
Devota del legado poético de su abuelo Isaac Martín-Granizo, que fue propietario y director de Diario de León hasta su muerte prematura a los 28 años en 1909, quiso hacer una edición facsímil de esta obra que le legó su padre y que fue publicada en el rotativo en sus primeros años de existencia y, con anterioridad, en El Campeón Leonés o León Revista Semanal. Su tío abuelo León Martín-Granizo escribió el primer tratado sobre drogopendencias en León y ella misma ha dejado una pieza literaria inédita, Contigo, que escribió tras la recuperación de una de sus hijas de un coma diabético de cuatro días.