Mujeres españolas en Ravensbrück
l La novela de Fermina Cañaveras saca a la luz la historia de la prostitución obligatoria
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El barracón de las mujeres (Espasa) está basado en la historia real de Isadora Ramírez, una joven española deportada a Ravensbrück, donde fue destinada al burdel del campo convirtiéndose en una Feld-Hure.
En palabras de su autora, Fermina Cañaveras, esta novela está hecha de retales de muchas mujeres que llevan demasiado tiempo en el olvido. Algunas de ellas consiguieron sobrevivir con la sensación de haber perdido tres guerras: la Guerra Civil española, la II Guerra Mundial y la más dolorosa, la del olvido.
Isadora Ramírez García, protagonista de El barracón de las mujeres, es una madrileña que sale de España en 1939 con 17 años junto a su madre y su tía escapando de la Guerra Civil en busca de su hermano Ignacio, militante republicano obligado a huir. Con documentación falsa las tres mujeres cruzan la frontera ayudadas por la resistencia republicana organizada. En París son interceptadas y terminan en el campo de concentración de Ravensbrück. Las tres mujeres huyen de la Guerra Civil y terminan topándose con la guerra que está librando Europa. En Ravensbrück a Isadora le asignan ser una FELD-HURE (puta de campo). A través de Isadora se descubre lo que pasa en Ravensbrück, el campo más desconocido del fascismo.
El barracón de las mujeres es una novela sobre los derechos de las mujeres, la sororidad y la capacidad de resilencia incluso en el infierno.
Fermina Cañaveras es diplomada en Relaciones Laborales por la Universidad de Castilla — La Mancha, diplomada en Turismo y licenciada en Geografía e Historia por la Uned. Dedica su vida a la investigación desde hace once años. Su trabajo está centrado en el área de mujeres y la represión durante los conflictos del siglo XX en el Centro de Estudios de Memoria y derechos Humanos de la Uned. Colabora con asociaciones como la Recuperación de Memoria Histórica, Fundación Fudagar o Aranzadi, entre otras.
El barracón de las mujeres, primera novela de Cañaveras, resulta por tanto un relato desgarrador, en donde la primera persona resulta imponente: «Yo, Isidora Ramírez García, que perdí mi nombre cuando abandoné España junto a mi madre, Carmen, y a mi tía Teresa, en 1939, en busca de mi hermano Ignacio, voy a contarte mi historia, María. Para que sepas quién soy y quién era tu abuela, y todo aquello que reunió a nuestras familias durante la Guerra Civil para separarlas después. Sabrás de sus pérdidas, que fueron las mías, del dolor inhumano y las lágrimas constantes… Y lo que pasó cuando nuestros destinos se separaron y yo me convertí en una de las prostitutas del campo de concentración de Ravensbrück, un lugar lleno de puentes y palomas blancas, cuyas plumas se ensuciaron de sangre y semen por dos razones: la simple y llana supervivencia y la lucha incesante, con armas escasas, contra el fascismo. Quieres saber del campo de concentración infame que atentó contra la vida de miles de mujeres; ahí está la historiadora que eres, María, y que nunca ejerció como tal, pero la periodista en la que te has convertido, entre vasos de whisky, demasiados, y que aún busca una identidad que le niegan los secretos de familia, lo que quiere saber realmente es qué esconde la caja de los dolores feos».
Potencia en primera persona para relatar una historia y unos hechos que desde la realidad resultan aún más dramáticos.