Carlota Suárez le pone suspense a la literatura

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Carlota Suárez irrumpe este 21024 con una novela que pretende revolucionar el panorama litreario con una historia desde dentro del mundillo. No cofundir con la realidad, pero Muerte en el meridiano quiere ser mucho más que una novela de misterio: es una reflexión satírica sobre el mundo literario y sus mecanismos internos, explorando temas como el éxito, la envidia y la obsesión por el reconocimiento.

Por ello tal vez encuentre el lugar más propicio para que se desarrolle una trama en la que los escritores forman parte del misterio: los festivales literarios, y si son de novela negra, mejor que mejor. Con Muerte en el meridiano, Carlota Suárez hace un ácido tributo a Agatha Christie, desviándose del estilo clásico de la famosa autora, pero conservando elementos esenciales, como un misterioso asesinato en un festival literario: el Festival Meridiano Cero, evento que reúne a escritores, editores, traductores y blogueros que se celebra en la encantadora isla de Santa Lucía, una pedanía ficticia de la isla de El Hierro.

La propia autora explica que «esta novela surge del verano que cambié a los Hollister por Poirot, de mi atracción por las personalidades complejas y la curiosidad sobre el origen de esa complejidad y de la necesidad de arrancar etiquetas y salirme del guion. También de las decepciones al conocer las miserias de algunos escritores a los que idolatré y de algunas conversaciones con otros a los que aprecio y admiro, como Esther García Llovet, que me planteó un reto y le prestó sus Converse a Andrea Sabugo».

Así, a la búsqueda de un gran tema, se inspiró «en todas mis lecturas, que incluyen irremediablemente a Agatha Christie. También en las experiencias infantiles que pueden definir la personalidad del adulto y en mis paseos, no siempre agradables, entre las bambalinas literarias», asegura.

Nadie mejor que ella para resumir la novela cuando dice que «Andrea Sabugo, escritora cínica y atormentada por el pasado, se ve encerrada en la Isla de Santa Lucía, donde asiste a un festival literario en el que se ha cometido un crimen. Para regresar a casa deberá ayudar a la exitosa escritora de novela negra Minerva Novoa en su empeño por encontrar al culpable».

la actualidad según carlota

Carlota Suárez (Gijón, 1977) es escritora de novela negra, pero también colaboradora habitual en el programa de radio La buena tarde de RPA, con una sección semanal sobre actualidad literaria llamada Carlota en la radio. Ha participado en antologías con otros autores y también ha publicado dos volúmenes de cuentos y dos novelas, Tinta, una muerte inexplicable y La tumba del rey.

Como conocedora del mundo literario, encuentra Suárez el caldo de cultivo perfecto para su novela y para sus intenciones narrativas: «Me da la excusa perfecta para criticar algunos aspectos de la industria del libro. Aspectos sobre los que, aprovecho para aclarar, no siempre opino exactamente igual que Andrea Sabugo».

Las propias características de Muerte en el Meridiano hacen que los personajes tengan gran importancia: «Todos ellos tienen personalidades bien definidas. En mi afán por salirme de las líneas preestablecidas, tuve la osadía de recurrir a una protagonista que no busca, en ningún caso, la empatía del lector. En cualquier taller literario o clase magistral criticarían esta circunstancia hasta la condena, motivo que sumé al hecho de que me satisface mucho lo que Andrea Sabugo aporta a la trama. Andrea es una escritora egocéntrica, antisocial y muy crítica con un mundo literario del que se beneficia. El contrapunto lo pone Minerva Novoa, otra escritora, veterana, elegante y de éxito internacional, obsesionada con la idea de resolver un crimen real. Ambas comparten agente literario, un sesentón que estrena novia, influencer. También las acompañan Gabriel, traductor y lo más parecido a un amigo que tiene Andrea; Olga y Carmelo, gestora de redes y editor de la protagonista; un dibujante llamado Chamorro que la saca de quicio…», relata al respecto.

En lo personal, sobre Carlota Suárez cabe decir que la sensatez juega el mismo papel que el riesgo de escribir. Puesto que saca partido a su condición de no profesional. De hecho, afirma que «aunque llevo más tiempo ejerciendo como higienista dental que publicando libros, publicar no implica escribir y esto último lo hago desde que tengo uso de razón. Creo que la pregunta sería a la inversa: qué lleva a una escritora a trabajar como higienista dental», dice, y por supuesto se refiere al sustento seguro de su profesión.