El ADN antiguo hace luz sobre la esclerosis múltiple
Las migraciones y la selección genética modelaron la predisposición
La llegada de la agricultura a Eurasia en el neolítico provocó unos profundos cambios poblacionales que todavía nos afectan. Hoy, cuatro estudios explican cómo las migraciones y la selección genética han moldeado el genoma europeo y son el origen de nuestra propensión genética a enfermedades como la esclerosis múltiple.
Las investigaciones, a las que la revista Nature ha dedicado su portada, se basan en el análisis de casi 5.000 muestras de ADN antiguo de Eurasia, que han permitido reconstruir la historia de Europa y Asia Central en los últimos 15.000 años.
En el primero, liderado por la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y en el que ha participado el paleogenetista del Instituto de Biología Evolutiva (IBE) de Barcelona, Carles Lalueza-Fox, el equipo secuenció el genoma completo de 317 individuos del mesolítico y el neolítico del norte y oeste de Eurasia, e incluyó datos genéticos existentes de otros 1.300 individuos antiguos.
El estudio ha confirmado que la ancestralidad genética de los europeos surge de tres grandes migraciones: los cazadores-recolectores hace unos 45.000 años, la expansión de los agricultores de Oriente Medio hace unos 11.000 años y la llegada de los nómadas de las estepas hace unos 5.000 años. Según el análisis, antes de la llegada de la agricultura, había una gran ‘línea divisoria genómica’ entre el Mar Báltico y el Negro que separaba a los cazadores recolectores del este y del oeste en dos poblaciones genéticamente distintas entre si.
La llegada de los agricultores de Oriente Medio agrandó esas diferencias y si en el oeste la agricultura tuvo un impacto genético a gran escala y casi reemplazó el genoma de los cazadores recolectores, en el este no fue así.
Los autores creen que esta diferencia se debe a que las condiciones climáticas del este eran menos adecuadas para la agricultura que las del oeste. Con la llegada de los Yamnaya, los pastores nómadas de las estepas, hace 5.000 años, las disparidades genéticas desaparecieron. En menos de un milenio, esas tribus habían reemplazado el acerbo genético de las poblaciones euroasiáticas.
Para Lalueza-Fox, «más allá de responder a como la ancestralidad de las poblaciones europeas ha ido cambiando en función de migraciones del pasado, estos estudios han permitido conocer el origen temporal de algunas predisposiciones genéticas a enfermedades que nos afectan», apunta a EFE. De hecho, dos de los cuatro artículos de Nature , liderados por científicos de Reino Unido, Dinamarca y Estados Unidos, han analizado las consecuencias de estos cambios genéticos en los europeos modernos, y uno de ellos ha identificado los orígenes del elevado riesgo genético de los europeos de sufrir esclerosis múltiple, una enfermedad autoinmune del sistema nervioso.