Los psicólogos llegan a Atención Primaria de León para ayudar con los malestares de la vida
Lucha contra la depresión. En el Día Mundial, psicólogos, psiquiatras y voluntarias del Teléfono de la Esperanza analizan el aumento de los problemas de salud mental, con nuevas estrategias para au abordaje para anticiparse al empeoramiento de los síntomas.
Los psicólogos se incorporan a los centros de salud para atajar el deterioro de la salud mental de los leoneses provocados por los problemas adaptativos, reactivos y «las situaciones diarias de la vida». Tras la experiencia piloto iniciada en junio de 2022 por el Servicio de Psiquiatría en los centros de salud de Eras de Renueva y La Palomera, con Lucía Cayón Jiménez al frente, la primera psicóloga que inició este programa en León, ya son cuatro los especialistas con los que se han ampliado consultas en los centros del Crucero, La Condesa, Eras de Renueva, La Bañeza y Trobajo del Camino.
«Nuestra intención es ampliar la plantilla otros dos psicólogos más este año, y llegar hasta los seis», explica el jefe de Psiquiatría del Hospital de León, Francisco Rodríguez. El equipo de psicólogos refuerza una atención cada vez más demandada por la sociedad y selecciona a los pacientes que se atienden en las consultas de los centros de salud o los que derivan a los especialistas del Centro de Salud Mental, con una lista de espera superior a los tres meses. «Hacemos la selección de los pacientes que consideramos de alta resolución en función de la clínica que describe el médico de Atención Primaria en el volante. La mayoría de los casos los podemos atender nosotros en unas consultas que no tienen lista de espera—la espera máxima es de tres semanas— son pacientes que en principio tienen sintomatología abordable en un máximo de seis consultas».
Lucía Cayón fue la primera del equipo que inició el programa, al que se han sumado hasta ahora a este nuevo formato de alta resolución María José González de Paz, Israel Rodríguez Cordovillo y Esther Turrado Valbuena.
Quince nuevas consultas
Cada psicólogo de los ambulatorios de León atiende quince nuevas consultas a la semana
«El objetivo es atajar cuanto antes los síntomas para evitar su cronificación y que aumenten de gravedad», asegura Lucía Cayón.
El jefe del servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial Universitario de León (Caule), destaca el aumento de personas que recurren a las urgencias hospitalarias por síntomas como ataques de ansiedad «y malestares provocados por las situaciones de la vida». «Cada vez hay más demanda por problemas de salud mental y por cuestiones vitales del día a día. La situación económica es complicada, hay mucha precariedad laboral, los jefes aprietan más, hay más competitividad en el trabajo entre compañeros, menos permisividad y cada vez exigen más productividad con menos medios y el mismo personal. Hay mucha gente que cae y eso hace que aumente la demanda». Así de claro es el psiquiatra Francisco Rodríguez, que cifra en un 10% el aumento de personas que han acudido en 2023 a las urgencias hospitalarias con una patología aguda, como cuadros de ansiedad. «Para dar una respuesta rápida a estos pacientes hemos puesto en marcha la atención psicológica en Atención Primaria. Estos profesionales manejan esa patología menor, la provocada por las cosas de la vida y que por su cuadro clínico no entran en la categoría de preferentes. Hacemos una atención rápida, evitamos que la enfermedad progrese y se recuperen pronto y descongestionamos los equipos del Centro de Salud Mental, que así se centran en las patologías más graves y reducen tiempo de espera. Hemos puesto psicólogos en los centros de salud para no psiquiatrizar los problemas de la vida cotidiana».
«Realizamos un abordaje rápido con revisiones a la semana o tres semanas, depende del cuadro clínico del paciente, y con un criterio establecido de seis consultas, aunque somos flexibles», asegura la psicóloga María José González.
A cada una de las consultas llegan de media quince pacientes nuevos a la semana. «Se resuelven síntomas de patología ansiosa, adaptativa y reactiva. Utilizamos terapias de diferentes orientaciones avaladas científicamente y que han demostrado ser eficaces».
En las consultas también se atienden a menores de edad «por problemas de relaciones complicadas con otros compañeros, acoso o por problemas académicos».
La mayoría de los problemas de salud mental surgen por cuestiones laborales, familiares o de salud. «Hay que diferenciar el malestar reactivo y normal de una sintomatología mayor. Cada vez hay menos tabúes para hablar de salud mental y la gente pide ayuda en cuanto siente los primeros síntomas. Si los síntomas interfieren en la vida diaria o si hay una percepción de malestar intenso, es recomendable pedir ayuda a un profesional», destaca Lucía.
Por su parte, el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) reivindica la «urgencia» de incrementar la ratio de psicólogos en Atención Primaria, tanto para detectar y prevenir trastornos mentales incipientes como para abordar aquellos que están más avanzados. «En 2030, la depresión, según la OMS, se convertirá en la enfermedad más importante en Europa, un dato al que hay que añadir que el trastorno depresivo mayor suele ser recurrente en un 75-80 % de los pacientes, volviéndose crónico en un porcentaje que se sitúa entre el 15 y el 20%», advierte Daniel Torres, secretario de acción social y formación de SAE.
Llamadas a la Esperanza
Más del 30% de las llamadas que recibe el Teléfono de la Esperanza de León están relacionadas con los problemas de salud mental. «Siguen en aumento. La mayoría no sabe poner el nombre de depresión, pero refieren tristeza y soledad», afirma Inma Reyero, voluntaria del Teléfono de la Esperanza.
«La etiqueta de depresión mayor pesa en las personas, porque se asocia a que va a ser difícil de superar. Los especialistas en salud mental están valorando cambiar ese etiqueta para las depresiones porque se relaciona con una situación invalidante».
Inma Reyero recuerda que la depresión se asocia a un «exceso de pasado» que no se ha aceptado y superado. «Para intentar superarlo hay que aceptar el pasado y perdonarse, para así apostar por seguir adelante».
Depresión aguda
Más de dos millones de personas sufren en España episodios de depresión aguda, pero es la depresión recurrente o crónica, aquella que no responde a los fármacos durante al menos un año y que se puede prolongar décadas, la que más preocupa a los expertos, que estiman en 44.000 los nuevos diagnósticos anuales.
Así lo explica a Efe con motivo del Día Mundial contra la depresión, que se celebra este sábado, la psiquiatra y responsable de la nueva Unidad para la Recuperación de la Depresión Resistente (Redepres) de la clínica López Ibor, Sully Bolaño, quien supervisa una de estas unidades pioneras en la atención a pacientes con síntomas de depresión sostenida en el tiempo, y que no consiguen mejorar.
Mujer con 53 años de media, es el perfil más frecuente de paciente con depresión resistente y que en estas unidades acceden a terapias electromagnéticas, tratamientos antidepresivos que actúan sobre diferentes receptores y estabilizadores del ánimo.
La genética es una de las causas de este tipo de depresión, aunque los factores ambientales (problemas en el trabajo o duelos) también desencadenan la enfermedad.
Esta psiquiatra admite que «lo complicado» en la depresión resistente es conseguir una mejoría ya que se trata de una enfermedad que puede prolongarse durante décadas e incluso convertirse en crónica, lo que supone tratamientos permanentes con antidepresivos y psicoterapia. Bolaño observa que es habitual en estos pacientes que refieran episodios depresivos en la infancia. Los niños también se deprimen, el 75% no recibe tratamiento. Según un estudio del Instituto de Investigación Sanitaria Incliva, las experiencias adversas en la niñez y la adolescencia predispone a episodios de depresión en la edad adulta.
Los médicos también caen
La Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC) ha informado que uno de cada cuatro de los profesionales atendidos en el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (Paime) lo hace por trastornos del estado del ánimo entre los que domina la depresión.
Así lo indica el último informe de Paime en 2023, que atendió a 1.711 médicos en los dos últimos años. Por estos datos, la FPSOMC se ha sumado al día mundial de la lucha contra la depresión para concienciar sobre esta enfermedad que afecta a profesionales de la Medicina.
Cruz Roja llama a ser empáticos
Cruz Roja llama a crear comunidades empáticas con la depresión y salud mental con herramientas que ayuden a disipar la problemática, desterrando mitos y estigmas, y promueve ‘Cruz Roja Te Escucha’ como soporte psicosocial ya que, afirman, que «no hay que estar muy mal para pedir ayuda».
Con motivo del Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión, Cruz Roja recuerda que según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es una enfermedad que afecta a más del 3,8 por ciento de la población mundial. La organización llama a la acción a la sociedad para cultivar la empatía y la comprensión ya que, según advierten.
Rabietas e irritabilidad, síntomas en la infancia
En una entrevista con Efe, el presidente de la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la Asociación Española de Pediatría, Pedro Javier Rodríguez, pone el foco en el infradiagnóstico y asegura que en España el 75% de los niños con depresión no reciben tratamiento en los servicios de salud mental. Rodríguez, que es psiquiatra infantil y pediatra en el hospital universitario de Nuestra Señora de Candelaria (Tenerife), estima que el 10% de niños y adolescentes ha tenido un episodio depresivo en algún momento e insiste en la importancia de controlar la salud mental en estas edades «para mejorar la salud mental de adulto».
Explica que para que se considere un episodio depresivo tiene que durar más de dos semanas y establece dos puntos de cohorte: los 6-7 años y los 13 y 14.
Por debajo de los 6 años, según este psiquiatra, la dificultad principal es detectar los síntomas, que nada tienen que ver con la tristeza o falta de energía que se da en el adulto.
A los 4-5 años, la depresión se diagnostica por irritabilidad y rabietas frecuentes. También se observa una pérdida de interés por el juego, disminución del apetito, problemas de sueño y presencia de somatizaciones, en forma de cefaleas o dolor abdominal.
Por encima de los 6 y hasta los 13, además de la ansiedad y la irritabilidad, se observan fenómenos de agresividad que a veces se confunden con problemas de comportamiento o de educación. Junto a esa irritabilidad, que puede ser explosiva y aparece de manera súbita, se observa aburrimiento constante y elementos de tristeza (como en la etapa adulta), además puede disminuir el rendimiento escolar lo que se confunde con trastornos por déficit de atención. Por encima de los 14, los síntomas son más similares a los del adulto con tristeza, baja autoestima, pérdida de energía y conductas negacionistas que, en ocasiones, derivan en abuso de sustancias y pensamientos suicidas.
Rodríguez recuerda que el suicido es la primera causa de muerte no natural en la adolescencia, «y la depresión el principal factor de riesgo para el suicidio consumado». Insiste este experto en que la depresión en niños pasa muy desapercibida, por ello desde la sociedad que preside piden más planificación y desarrollo de la salud mental infanto-juvenil, con el apoyo de pediatras que son la puerta de entrada al sistema sanitario.