Cuando al ojo le cuesta llorar
El 20% de las consultas de oftalmología están relacionadas con los problemas provocados por el ojo seco
carmen Tapia
LEÓN
Entre un 10% y un 15% de la población mayor de 75 años tiene problemas de ojo seco, una patología que ocupa el 20% de las solicitudes de consulta para el oculista. «El paciente se queja principalmente de irritación y enrojecimiento ocular, así como de visión fluctuante y mala tolerancia a la luz». El oftalmólogo y jefe del servicio de Hospital de León, Manuel Franco Benito, destaca que esta afección es más frecuente en las mujeres que los hombres y en la población senil en general.
Las causas del ojo seco se asocian con una baja ingesta de ácidos grasos Omega 3 y algunas medicaciones como los antiestamínicos, ansiolíticos y antidepresivos. «También se ve con más frecuencia en fumadores y algún estudio reciente lo asocia al empleo de toxina botulímica. Otros factores de riesgo son el uso de pantallas (en ese caso disminuye el parpadeo lo que favorece la evaporación de la película lagrimal) y la exposición a ambientes secos y corrientes de aire (uso de aire acondicionado)».
Franco Benito menciona estudios que asocian el ojo seco a la ansiedad y la depresión y mala calidad de vida «lo que obliga a emplear medicaciones (antidepresivos y ansiolíticos) que empeoran la clínica de ojo seco cerrando un círculo pernicioso. Hasta un 10% de los pacientes con ojo seco presentan una enfermedad autoinmune de base que justificaría ese cuadro y que los oftalmólogos debemos descartar». El síndrome de Sjögren ataca las glándulas que mantienen lubricados los ojos y la boca.
Los tratamientos del ojo seco, por lo general, no son curativos sino que buscan aliviar las molestias que sufre el paciente.
«El tratamiento más habitual son los sustitutos de la lágrima (lágrimas artificiales) y en ocasiones es necesario recurrir a mediaciones más complejas como antiinflamatorios, inmunomoduladores o colirios elaborados a partir de la sangre del propio paciente», explica el oftalmólogo Manuel Franco Benito.
Siempre hay que consultar con el oftalmólogo cuando surgen los síntomas. Los especialistas prescriben el mejor tratamiento a cada caso para evitar complicaciones futuras, que pueden pasar por lesiones en la crónica que pueden comprometer la visión de los pacientes.