Valverde, la Basílica que inspiró la Sagrada Familia
La mano del genial Subirachs cinceló las trece tallas de seis metros y 700 kilos de La Virgen, hermanas mayores de las que recreó en el templo de Barcelona
Ochocientos kilómetros separan Valverde de la Virgen de Barcelona, pero ambos municipios están unidos por la mano artística del genial, revolucionario y soñador José María Subirachs (1927-2014), autor de los trece ‘colosos’ que labró para la portada del santuario de La Virgen del Camino y que constituyen un hito en la historia de la escultura del siglo XX. Con esta obra monumental, el escultor —uno de los más destacados del siglo pasado—, descubrió al mundo en 1961 un lugar llamado León.
Cuatro años antes había ganado por concurso la decoración escultórica del santuario, financiado por el mecenas de Coronitas Pablo Díez, y su proyecto renovador se impuso al de doce escultores de gran prestigio. El maestro Subirachs, serio, concienzudo y trabajador infatigable, forjó las famosas figuras fundidas en bronce de 700 kilos y seis metros de altura cada una que impresionan a los viajeros que se acercan a La Virgen con su grandiosidad elocuente y su fosilizada gesticulación. Un auténtico reclamo turístico con el aliciente de que fueron, además, precursoras del centenar que Subirachs plasmó a partir de 1986 en la fachada de la Pasión de la Sagrada Familia ideada por Antonio Gaudí en Barcelona.
Las cuatro puertas de la Basílica también llevan su firma. La principal es, indudablemente, una de las mejores piezas del arte religioso contemporáneo, donde se diluyen las fronteras de lo pictórico y lo escultórico para representar los Misterios de Gozo de la Virgen con la Anunciación, la Visitación, el Nacimiento de Cristo, la Presentación al Templo y Jesús ante los Doctores de la Ley. Como curiosidad, la dedicada a San Froilán sirve de reclamo para ganar la suerte tirándole de la nariz y lleva grabada el plano de la Catedral de León.
Valverde se expresa además en sus plazas, campos, fuentes y como un tramo reparador en el viaje a Santiago. Aspira a convertirse en referente del noroeste español con empleo, calidad de vida y turismo sostenible. Su gran fiesta se repite cada 5 de octubre con carros engalanados, venta de productos típicos con las avellanas (perdones) como protagonistas, desfiles de pendones, bailes regionales, celebraciones religiosas y actividades lúdicas que atraen a 60.000 romeros. Un espejo de calidad, de buena promoción y de la capacidad del municipio para generar actividades de máximo interés.