Diario de León

ARTÍCULO 49

León aplaude la Carta Magna inclusiva con las personas con discapacidad

Anormales, subnormales, deficientes, disminuidos... todos estos términos que hoy se consideran indignos y degradantes han marcado la vida de las personas con discapacidad. La Constitución Española se adapta a esta realidad social y sustituye el término disminuido por persona con discapacidad después de veinte años de lucha del movimiento asociativo. Entidades leonesas como Amidown Down León, Asprona León y Aspaym celebran este hito histórico aunque faltase la unanimidad. Se trata de cambiar palabras y de reconocer en la ley más importante de España que las personas con discapacidad son ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho, en igualdad con todos los españoles y españolas.

Personas con discapacidad intelectual evalúan los materiales de lectura fácil en Asprona León.

Equipo de validación de lectura fácil de Asprona León. DLDL

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Sólo falta que salga en el BOE. La Constitución Española se ha reformado por tercera vez para cambiar el término «disminuido» por «personas con discapacidad». Veinte años ha costado este cambio que las entidades leonesas califican de histórico. «Con este cambio, se dignifica a las personas con discapacidad, otorgando además los derechos universales que les corresponden como personas de pleno derecho», asegura Mamen Prieto, presidenta de Amidown-Down León.

La modificación del artículo 49 va más allá de sustituir una palabra por otras dos. Es un cambio de paradigma que la Carta Magna asume con retraso respecto a la realidad social. Como señala Fran Sardón, director general de Aspaym Castilla y León, «se deja atrás el modelo médico-rehabilitador de las políticas sociales para abrazar el modelo basado en los derechos de las personas». Por tanto, poner por delante la palabra persona con discapacidad «no es baladí» porque de acuerdo con la Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas «se nos debe proveer de derechos y no de servicios», puntualiza.

Con la redacción antigua del artículo 49 «no nos veíamos reconocidos en la Constitución». Sardón explica que el término persona con discapacidad es en el que «nos sentimos a gusto y reflejados» y el que corresponde a una Carta Magna que hasta ahora estaba de espaldas a los postulados de la Convención.

Además, el térmimo ‘disminuido’ «aparte de estar en desuso, es una palabra peyorativa». Que se haya tardado veinte años en recoger esta reivindicación de todas las entidades del tercer sector que trabajan con personas con discapacidad, canalizada por el Cermi, se debe «a que hemos sufrido las rivalidades políticas».

De hecho, no se ha logrado la unanimidad. Vox ha votado en contra tanto en el Congreso como en el Senado. «No lo apoya por razones políticas ajenas al artículo 49», sostiene Fran Sardón, satisfecho de que una amplia mayoría, al fin, haya logrado el hito. Una reforma constitucional ordinaria requiere el apoyo de al menos dos tercios de la Cámara y se ha logrado.

Pedro Barrio, gerente de Asprona León, subraya que la nueva redacción del artículo 49 va en sintonía con la filosofía de la plena inclusión. La modificación del artículo 49 de la Constitución recogerá por fin la sustitución del término ‘disminuido’ por la expresión ‘personas con discapacidad’, implica «la obligación de los poderes públicos de realizar las políticas necesarias para garantizar la plena autonomía personal e inclusión social en entornos universalmente accesibles del colectivo y una especial atención para los menores y las mujeres con discapacidad».

La nueva redacción, añade, «incorpora aspectos muy importantes como ‘la capacidad de decidir de las personas con discapacidad’ porque ‘esta capacidad la tienen, pero que la Constitución lo recoja tiene valor en sí mismo’. La reforma implica también «reforzar el principio de Igualdad del artículo 9.2., algo que también era necesario», indica Barrio.

La sociedad española y también la leonesa ha asistido en los últimos años a avances insospechados hace unas décadas en la capacidad de decidir de las personas con discapacidad. El hito más destacado fue conseguir el derecho al voto, con una reforma de la ley electoral en 2018.

Asprona León destaca otros avances en esta autonomía como la prohibición de la esterilización forzada, el acceso a plazas de empleo público, acabar con la incapacitación judicial, la Ley de Accesibilidad Cognitiva, el impulso a la figura del facilitador judicial y del asistente personal... «Pero aún faltan por conseguir muchas metas», subraya el gerente.

Asprona León recuerda que el cambio se ha producido porque las personas con discapacidad lo han reclamado. «Con esta reforma la Constitución asume un lenguaje inclusivo que debe de ir acompañado de más políticas públicas en apoyo a las personas con discapacidad», agrega Barrio. Piden en Asprona que «los gestos se acompañen en con hechos, ya que es necesario también cambios en el día a día para superar las barreras que sigue poniendo esta sociedad».

El nombre de una entidad como Asprona León, con 60 años de antigüedad, también es fiel reflejo de los cambios sociales en estas décadas. «Asprona León, hace 60 años, era el acrónimo de ASociación PROtectora de Niños Anormales de la provincia de León», acara el gerente. «Hemos evolucionado en una terminología pasando por términos como subnormales en los inicios de la década de los 70, posteriormente disminuidos, minusválidos, deficientes… términos que se han venido considerado peyorativos e incluso insultantes, en definitiva, indignos», puntualiza.

Una vez que se ha dado el gran paso para reformar la Constitución, las entidades como Asprona León abogan por este «lenguaje inclusivo para referirnos a las personas con discapacidad» como algo fundamental «para garantizar la inclusión y participación activa en la sociedad, porque entendemos que quien no se atreve a nombrar la realidad la está invisibilizando e impidiendo el reconocimiento social».

El lenguje importa porque crea pensamiento. Las entidades unidas en torno al Cermi señalan que el término y la definición elegida para el artículo 49 son su elección. «Hace años que no se habla de personas con diferentes capacidad» porque es un puro eufemismo. El 100% de las asociaciones compartimos el término personas con discapacidad», indica Mamen Prieto.

Más allá del cambio de las palabras hay que entender lo que subyace bajo la terminología. «Las personas ni ‘sufren’ ni ‘padecen’ una discapacidad, pero sí tienen una característica, la discapacidad; hablar de ‘capacidades diferentes’ o ‘diversidad funcional’, dulcificando o suavizando la realidad y minimizando su impacto es seguir reconociendo que decir ‘discapacidad’ es algo negativo, y no aterrizar en una descripción concreta, porque todos y todas somos diversos y todos y todas tenemos capacidades diferentes, por eso defendemos que la alternativa es llamar a las cosas por su nombre y utilizar la expresión ‘persona con discapacidad’», insiste Pedro Barrio.

Que se vea con carácter negativo el término persona con discapacidad es fruto, según este directivo, de los prejuicios sociales y de la falta de reconocimiento hacia las capacidades de las personas con discapacidad. Recuerda en este punto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la discapacidad como «un fenómeno complejo que refleja una interacción entre las características de las personas (físicas, psíquicas, sensoriales…) y las características de la sociedad en la que vive».

«La modificación del artículo 49 de la Constitución Española, pone en relieve a las organizaciones del Tercer Sector como la nuestra, puesto que se señala, y así ha quedado reflejado, el compromiso y la obligación de los poderes públicos por garantizar el cumplimiento de los derechos y la inclusión real y efectiva de las personas con discapacidad», concluye la presidenta de Amidown Down León, Mamen Prieto.

Un hito histórico

«Se ha tardado veinte años en esta reforma porque hemos sufrido las rivalidades políticas»

Tercera reforma

La primera fue en 1992, del 13.2, para reconocer el voto pasivo a extranjeros y en 2011 se cambió el 135

Una leonesa fue la precursora de un cambio en el lenguaje en los años 70 para acabar con la estigmatización de las personas con discapacidad intelectual. Dionisia Plaza Sánchez (León. 1901-Aravaca. 1995), se atrevió a pedir públicamente que se suprimiera la palabra ‘subnormal’. Lo dijo en una entrevista que la periodista Camino Gallego le hizo en exclusiva para Diario de León en 1975, cuando fue galardonada con la Medalla de Oro del Trabajo por su labor en la dignificación de los niños y niñas con trastornos de aprendizaje.

Dionisia Plaza quiso «estudiar y trabajar» desde pequeña. A los 13 años ingresó en la Escuela de Magisterio. Quiso salir de León para estudiar Ciencias Naturales pero no le dejaron y preparó las oposiciones a maestra nacional. Tras pasar por una escuela en Galicia, se traslada a Madrid a la Residencia de Señoritas con el propósito de seguir la carrera de ciencias. No obtuvo plaza. Su oportunidad llegó con una beca de ampliación de estudios en París donde se formó con Henri Wallon. en el hospital Henri Roussell fue discípula del médico, psiquiatra y psicólogo Theodore Simon, cocreador, junto con Binet, de la Escala para medir la Inteligencia.

La Golda Meir leonesa, como se la llamó por su gran parecido con la primera ministra de Israel en 1969, abogó por el poder de la educación para todos y todas a través de la atención individualizada y especializada para romper las barreras que marginaban a criaturas con trastornos neurológicos o mentales.

También creía en la igualdad entre hombres y mujeres y se autoproclamó feminista. «Yo, (como dice Golda Meir), he sido pionera del feminismo porque creo en la igualdad mental del hombre y de la mujer».

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