ANDRÉS GARCÍA PALOMO
Jefe de Oncología del Hospital de León
«Solo sabremos si desciende la mortalidad por cáncer si hay estudios a gran escala»
«El cannabis medicinal no va a ser fumarse un porro»
El oncólogo Andrés García Palomo llenó de público la sala del Palacio Conde Luna, en la que no cabía ni un alfiler, para escuchar las Estrategias para la prevención del cáncer, una conferencia organizada por Almom (Asociación Leonesa de Mujeres Operadas de Cáncer de Mama).
—¿Hay estrategias nuevas?
—Hay mayor solvencia y evidencia científica. Está más claro que la incidencia del cáncer está relacionada con los hábitos de vida no saludables. Desde ese punto de vista se puede prevenir y ayudar a la promoción a la salud de la ciudadanía para reducir la incidencia de esta enfermedad.
—Según el informe ‘Las cifras del cáncer en España 2024’, elaborado por la Sociedad Española de Oncología Médica y Red Española de Registros de Cáncer, aumentarán los tumores, subirá la supervivencia y habrá más mortalidad.
—En ese sentido hay controversia. La supervivencia aumenta en todos los cánceres, en algunos muy poco y en otros mucho más. Supervivencia no es lo mismo que curación. Para calcular la supervivencia se ha establecido estadísticamente superar los cinco años tras el diagnóstico. Eso no significa que a partir de los cinco años no haya pacientes que recaigan, que los hay, y desarrollan segundos tumores. En las neoplasias dermatológicas ha aumentado la supervivencia, como en el cáncer de próstata y de mama. El de pulmón, con los nuevos avances, también ha mejorado. Pero una cosa es la tasa de supervivencia y otra la mortalidad bruta por cáncer, que sigue aumentando. ¿Cómo se explica esta paradoja? Probablemente estemos diagnosticando tumores en fases muy precoces y por tanto eso de una falsa sensación de un incremento de la supervivencia, que es real para el paciente, que tiene más oportunidad de curación definitiva, pero que no está determinado globalmente.
—¿Y cuánto ha aumentado la curación real?
—No lo podemos saber. Las tasas de curación del cáncer son conceptos difíciles de establecer. Tenemos un problema de sesgo estadístico muy importante. Hay más cáncer porque hay más gente y hay más gente porque se vive más y, por lo tanto, hay más gente que se muere de cáncer. Es muy difícil establecer si efectivamente tenemos avances reales. Lo que sí es verdad es que los tratamientos son cada vez más efectivos y más gente vive más tiempo desde el diagnóstico de cáncer. Los tratamientos son menos tóxicos y se toleran mejor.
—Para saber si realmente hay un descenso de la mortalidad ¿qué habría que hacer?
—Estudios a altísima escala. Analizar muchos datos de la población general, datos de vida real de lo que realmente está ocurriendo porque muchos de los datos de supervivencia a cinco años proceden de los ensayos clínicos y hay que tener en cuenta que esa población que se analiza en los ensayos clínicos es muy especial, seleccionada.
—¿La inteligencia artificial ayudará a este estudio?
—Ayudará la inteligencia política y social que permita realizar estudios a gran escala sobre población real, que será la que nos diga si vamos por el camino adecuado o por el equivocado. Hay que analizar los datos de todas las personas que han tenido un diagnóstico, no sólo las que están en los ensayos clínicos. Hay que analizar a todas las personas que tienen un cáncer con respecto al total de la población. Hay que analizar los rangos etarios, sexos y otros aspectos. Solo así nos podremos dar cuenta realmente de los verdaderos impactos que están teniendo los tratamientos oncológicos. Los datos que tenemos ahora son de pacientes que proceden en la mayoría, no en todos los casos, de ensayos clínicos, que es una población muy particular y limitada. De toda la población que tiene cáncer, aproximadamente un 10% como mucho está en ensayos clínicos. Estamos analizando lo que ocurre en toda la población con ese 10%. La población que está en los ensayos clínicos no representa a la población general porque tienen parámetros bioquímicos buenos, sin comorbilidades de otro tipo. Hay gente que tiene un cáncer de pulmón pero se puede morir de un infarto. Hay otras comorbilidades que aumentan las tasas de mortalidad. Hay que tener en cuenta eso también. Generalmente, cuando un paciente tiene un tumor y se muere se le echa la culpa al cáncer y no siempre es así porque puede haber infecciones, cardiopatías, diabetes... Puede que un cáncer de próstata sea algo que pasa por ahí en un paciente obeso, hipertenso que se hubiera muerto incluso sin cáncer de próstata.
—La ministra de Sanidad ha anunciado para dentro de pocos meses la estrategia para implantar el cannabis medicinal, que esperaban los oncólogos hace tiempo.
—Sobre el cannabis medicinal hay muchas controversias. Vamos a ver en qué queda. Yo he sido desde hace mucho tiempo un defensor de la investigación del cannabis medicinal, pero vamos a ver qué es lo que aparece en esa legislación. La planta del cannabis natural tiene muchísimos componentes químicos que el cannabis medicinal no va a tener. Fumar un porro no tiene nada que ver con tomarse una pastilla. Ni para bien ni para mal.
—No va a ser que te receten un porro.
—No, no. Eso no va a ser así. El cannabis como planta tiene principios químicos que, aparte de los beneficios medicinales, puede tener beneficios en cuanto al estado general y perjuicios de otro tipo. El cannabis medicinal tendrá una serie de componentes químicos que no serán los del cannabis habitual. Que nadie se crea que fumarse un porro va a tener los efectos que el cannabis medicinal.
—Echando un vistazo a su Twitter (X) veo que usted cuelga muchos pensamientos que conjugan la medicina y la filosofía.
—Utilizo twitter como una carpeta de anotaciones.
—En uno de esos tuits retuitea una noticia sobre quimiocerebro.
—Chemobrain. Pacientes tratados contra el cáncer desarrollan posteriormente problemas cognitivos, pérdida de memoria. Es como si se produjera una pérdida de capacidades funcionales cerebrales. Lo hemos visto en las mujeres con cáncer de mama, que presentan problemas de atención, de memoria, de cálculo matemático y dificultad para encontrar palabras. Chemobrain se describió inicialmente en mujeres con cáncer de mama, pero afecta a una población más alta y es un verdadero problema en las consultas de seguimiento de pacientes tratados y que ya no tienen cáncer, pero que no pueden hacer una vida normal porque tienen problemas cognitivos.
—¿El ayuno durante la quimioterapia tiene efectos positivos?
—Hay estudios clínicos que demuestran que el ayuno mejora la tolerancia de la quimioterapia. El ayuno disminuye los efectos secundarios. Empieza a haber evidencias de que el ayuno es de alta trascendencia en el tratamiento no sólo de cáncer sino de muchas enfermedades crónicas. La Sociedad Europea de Oncología ha publicado recientemente un estudio que demuestra que las mujeres que practicaban un ayuno controlado por el médico tenían una mejor tolerancia a la quimioterapia.
—Dice que tiene efectos también para la salud de la población general. Cuando habla de ayuno ¿a qué se refiere?
— No soy nutricionista. Como médico que soy empiezo a comprender a través de numerosos estudios y publicaciones, más antiguas que modernas, que el ayuno siempre ha sido una tradición cultural y religiosa en el mundo occidental y oriental. La Semana Santa tenía un periodo de cuaresma y ayuno, el Ramadán también, como la religión judía. Todas las poblaciones antiguas han llevado a cabo días de ayuno como método sanativo para que descanse el metabolismo. Lo que ocurre ahora es que nos pasamos todo el día comiendo. Nuestro sistema endocrino y metabólico están continuamente trabajando y eso tiene relación con procesos que frenan la reparación normal. Oshinori Ohsumi ganó el premio Nobel de Medicina 2016 por describir el sistema de reciclaje del cuerpo, un proceso que se denomina autofagia, una limpieza del cuerpo de todo lo que sobra, como proteínas anormales, exceso de grasas. Es como si hiciera la colada. Pero si limpiamos la casa no podemos ensuciarla al mismo tiempo. Y ese proceso se hace de manera natural a través de un ayuno de al menos doce horas y ejercicio intenso. Eso es lo que establecen los pocos estudios que hay. Lo lógico es cenar a las siete u ocho de la tarde y desayunar al día siguiente a las ocho de la mañana. Esa es una pauta bastante cercana a lo saludable. Cualquier otra pauta debe hacerse bajo un control médico.
—¿Qué es el holobionte y cómo cambia el concepto de cuidado en salud?
—Voy a poner un ejemplo claro con nuestra respiración. La mitad del sistema que lleva a cabo la respiración está dentro de nuestro organismo, pero la otra mitad está fuera. Es decir, tenemos unos pulmones que absorben oxígeno producido por los árboles. Los árboles y nosotros somos un holobionte. Sin el oxigeno que generan los árboles no podríamos respirar.
—Cuidamos muy poco a nuestro 50% de holobionte.
—Si la gente se diera cuenta de que el 50% de su organismo respiratorio son los árboles no se le ocurriría quemarlos ni talarlos.
—¿Que porcentaje de las enfermedades que padecemos son consecuencia de los pensamientos que tuvimos ayer?
—Es muy difícil de explicar desde el punto de vista médico. Cualquier pensamiento genera una emoción y cualquier emoción genera una acción, y esa acción puede ser patológica o no. Los pensamientos per se no pueden considerarse patológicos, lógicamente, aunque hay gente que empieza a considerar que los propios pensamientos y las emociones son capaces de generar un ambiente venenoso en el organismo. Imagina que tienes un pensamiento continuado de fumar, que genera una emoción que pone en marcha una acción física. Esos pensamientos son más potentes que los que dicen que ese hábito es malo.
—¿Cuál es la mejor estrategia de prevención del cáncer?
—El ciudadano no tiene derecho a la salud, tiene derecho a la protección a la salud. La salud se conquista y esa es la parte de promoción a la salud. Los poderes políticos pueden proteger la ciudadanía de los elementos tóxicos y dar los mecanismos para recuperar la salud, pero cada uno tenemos que tomar conciencia y responsabilidad porque tenemos la responsabilidad de promover nuestra salud. La promoción de la salud es un concepto diferente a la prevención. En la prevención iniciamos una carrera para que la enfermedad no nos alcance y en la promoción la carrera es para alcanzar la salud. La promoción de la salud es una actividad puramente ciudadana y es el ciudadano el que tiene que tomar la conciencia de su salud con hábitos de vida saludables.