Obituario
Pilar Barrial Valdés, la panadera de Benazolve que amasó la vida con pasión
La echábamos de menos en el mercado ecológico desde que se despidió, antes de Navidad. El quirófano le esperaba a la vuelta de Año Nuevo. Su corazón, tan grande como delicado, no resistió. Pilar Barrial Valdés (Blimea. Asturias 1958-Benazolve. 2024), la panadera de Benazolve con acento asturiano, más asturiano cuantas más canas tenía, se fue en mitad del invierno. El día de Brigit en la mitología irlandensa, la diosa celta de la inspiración.
Pilar, junto con Chema Prieto, su marido, puso en marcha la primera panadería ecológica de León cuando aún no había sellos ni certificados de calidad. Durante muchos años, primero en la calle Varillas y luego en la cercana Cervantes, fue el santo y seña del mejor pan de la capital.
Se formaban colas para comprar el pan integral, las mariquitas, la empanada de calabacín, los bollus preñaus, simplemente, el exquisito pan blanco. Cuando cerró dejó un vacío en el barrio y en la clientela que amaba sus hogazas, sus bizcochos y los productos ecológicos que en pocas tiendas se podían encontrar entonces en León. «Si hoy no luchas, mañana no llores», era su lema. Fue una alegría reencontrarla en las citas del mercado ecológico de León, con las legumbres que Chema cultiva con sabiduría y amor a la tierra. También llevaba productos locales, como las verduras de Katia, los vinos ecológicos de El Sueño de Las Alforjas o el aceite de oliva de Señorío de Vizcántar, de Priego de Córdoba. Siempre lo mejor y, siempre la música tradicional en las fechas señaladas. Pilar era luz y se fue un día de luz, «con su Sol más querida», su hija mayor, aquella niña que les impulsó a fundar, con otras familias, la Asociación de Parálisis Cerebral de León (Aspace León). Fue pionera también en la escuela. Se arremangó como ella hacía para poner en marcha el primer comedor escolar en el colegio La Palomera, cuando Xana y Esla empezaban sus primeras letras, y las asociaciones de madres y padres impulsaban los primeros servicios de conciliación (cuando aún no se usaba la palabra conciliación). A La Palomera quedó unido su amasado especial, generación tras generación, con los bollos preñaos para la fiesta y las visitas de escolares al horno de Benazolve.
Pilar, la que amaba su fala, la música tradicional leonesa y el teatro, a la que queríamos tantas personas de todo corazón, recibirá su último adiós este sábado a las 12.00 horas en el Tanatorio Los Jardines de León. Queda, en palabras de su familia, «el maravilloso sendero de amor y honestidad que nos enseñaste». Nos queda tu coraje, Pilar