Odiseo ya vuela hacia la Luna
La misión tiene previsto alunizar el próximo jueves y, si llega con éxito, será la primera expedición privada en tocar el satélite terrestre
La sonda, a bordo de un cohete Falcon 9 de Space X, partió este jueves pasadas las siete de la mañana desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida, tras el problema técnico que obligó a retrasar 24 horas el lanzamiento. La nave forma parte de la misión IM-1, de la empresa norteamericana Intuitive Machine y tiene previsto alunizar el jueves de la semana que viene.
De lograrlo, sería la primera empresa privada en lograrlo tras las tentativas fallidas de la también norteamericana Astrobotics, que no pudo poner sobre el satélite terrestre la sonda Peregrine, y la nipona ispace, que en abril del año pasado vio cómo la nave Hakuto R se estrellaba en la superficie lunar. También supondría la vuelta de Estados Unidos a la Luna más de medio siglo después.
El aterrizador, de la serie Nova-C, recibe su nombre del legendario personaje de la ‘Ilíada’ —el Ulises de los griegos— que tardó casi diez años en regresar a Ítaca tras la guerra de Troya en un viaje preñado de penalidades que se relata en la ‘Odisea’. Con un peso de casi dos toneladas, una altura de cuatro metros y una forma hexagonal con seis patas, lleva a bordo cinco cargas de la Nasa además de otras de carácter comercial como una cámara que permitirá grabar un vídeo del alunizaje.
Equipado con un propulsor respetuoso con el medio ambiente -está impulsado por oxígeno y metano en estado líquido- alunizará, si todo sigue el plan marcado, en las inmediaciones del macizo de Malapert, a unos 300 kilómetros del polo sur de la Luna, una zona poco conocida y donde se espera que aterrice en 2026 la misión que devolverá al ser humano al satélite terrestre. En concreto, la agencia espacial estadounidense baraja trece posibles emplazamientos en esta región.
Odiseo permanecerá en funcionamiento durante una semana. En ese tiempo realizará estudios sobre radioastronomía y las interacciones del clima espacial con la superficie lunar, además de probar el sistema de aterrizaje y de comunicaciones. Pasado este tiempo, llegará la noche lunar y la sonda dejará de estar operativa.
Fundada en 2013 en Texas, Intuitive Machines forma parte del programa de la Nasa Commercial Lunar Payload Services (CLPS), una especie de subcontrata de la agencia espacial estadounidense, que deja en manos de firmas privadas el lanzamiento y el módulo de aterrizaje para acarrear material científico a la Luna. Es la misma fórmula empleada con la mencionada Astrobotics.
«El éxito de la misión IM-1 sentará las bases para una economía lunar próspera, abriendo nuevas posibilidades de investigación, comercio y exploración, y acercando el sueño de la humanidad de convertirse en una especie multiplanetaria», apunta la propia compañía.