Oksana y Yevhenii
«Cuando se oyen las sirenas en Vatutine, todo queda muerto»
Oksana, 37 años, y Yevhenii, 38, han sido testigos del horror de la guerra hasta que decidieron salir en octubre 2023 desde su ciudad, Vatutine, rumbo a León. «La guerra es muy dura. Pasamos mucho miedo. Al principio, todo el tiempo en los sótanos y frío». «La gente piensa que la guerra no sigue pero es peor que al principio». En su ciudad los rusos arrojan desde el aire «una especie de drones pero más grandes y hacen mucho ruido». Además cambian la trayectoria. «Suenan como una motosierra y no van a mucha velocidad», algo que produce aún más miedo porque nadie sabe dónde caerán. Ahora hay comida. «Al principio hubo problemas de alimentación ahora la gente se ha acostumbrado a vivir con la guerra», explican. Cuando oyen las sirenas, «la gente para; hasta los hospitales, todo queda muerto. Muchas veces al día y por la noche igual». A veces la gente se confía y no baja a los sótanos, pero a veces pasa y mueren. «La gente no sabe qué es mejor, si se cae el edificio te puedes morir debajo», añade la pareja. «Ucrania lo está pasando mal. No se recuerda cuándo empezó y no se ve cuándo se va a acabar y nuestras vidas están estropeadas. No es vida de personas».