Se busca al nuevo líder de la Iglesia española

Los obispos españoles están llamados a las urnas los próximos 4 y 5 de marzo para elegir al presidente (Omella lo tiene que dejar por haber superado la edad) que marcará el paso en los próximos cuatro años, y aunque en la Iglesia no hay candidatos ni campaña electoral, sí que se producen movimientos soterrados para promocionar a unos o quemar a otros. Las apuestas están a favor de Luis Argüello, arzobispo de Valladolid y representante de la facción conservadora del Episcopado, frente a José Cobo, arzobispo de Madrid, y abanderado del sector progresista. A día de hoy, la opción de monseñor Argüello es la que tiene mayor cartel entre los prelados. El sucesor de Ricardo Blázquez fue secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal y no pocos obispos aplaudieron su gestión, en la que tuvo que lidiar con las autoridades civiles.

El mirlo blanco Argüello, palentino de 70 años —luego su jubilación coincidiría con el final de su mandato—, especializado en Derecho Civil como Cobo, tiene una biografía variopinta. Pasa por ser una persona dura y rígida y se le achacan roces con el centro teológico de su archidiócesis. Ha estado muy vinculado con el Movimiento Cultural Cristiano (ahora dividido en dos), heredero de la HOAC y comprometido con el apostolado obrero, en su día identificado con la oposición al franquismo. De ahí le vendría ese perfil anticapitalista, radical desde el punto de vista social. También pasa por ser un ‘antiestatista’ (al Estado le llama ‘artefacto’) al considerar que hay un exceso de invasión en la sociedad civil y contra los valores que tienen que ver con la antropología, las creencias y la familia. Por eso es un defensor de la presencia de los cristianos en la vida pública como una dimensión del ejercicio de la caridad política y se muestra partidario de la ‘batalla cultural’ en defensa de esos principios frente «al laicismo». Inteligente y muy ‘político’, tiene capacidad para construir un discurso intelectual. Con respecto a la línea del Papa, suele mostrarse cauteloso, evita mojarse: no discrepa, pero tampoco regala alabanzas.

Cobo, ‘el meteorito’

En este duelo de mitras, su principal oponente es José Cobo, de 58 años, al que sus detractores apodan ‘el meteorito’ por su acelerada carrera eclesiástica. En menos de cinco meses fue nombrado arzobispo de Madrid, cardenal y miembro de los dicasterios (el equivalente a los ministerios de un Gobierno) para los Obispos y para los Laicos, la Familia y la Vida. Señales, sin duda, de la confianza que ha depositado Bergoglio en su persona, lo que le confiere la etiqueta de ‘hombre del Papa en España’. El jienense es un jurista con estudios en Derecho Civil, Teología y Ciencias Morales. Al igual que a Argüello, le gusta visitar las últimas parroquias de la diócesis, aunque en su caso lo viene haciendo desde que era un cura de periferia, atendiendo a drogadictos en Usera y Campamento, y también al colectivo transexual que frecuenta la Casa de Campo. Por esa labor se le encuadró entre los ‘curas rojillos’.

La votación de sondeo que se realizará el lunes 4 será crucial para ver hacia dónde van las preferencias de los obispos. Son 79 los que tienen derecho a participar en las urnas y el ganador necesita la mitad más uno de los sufragios. Esa previa electoral servirá para aglutinar votos y orientar a los indecisos. Es ahí donde, de rebote, podría salir un candidato como tercera vía. En ella aparece el obispo de Bilbao, Joseba Segura, alineado con la línea de Francisco, al que señalan como «de los más preparados del sector progresista para ocupar el cargo». Por ello, ya ha sido colocado en el punto de mira por sus posiciones en temas como la eutanasia, la homosexualidad o la pederastia, además de por su antiguo papel en la mediación con la banda terrorista ETA.