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Novias, la dictadura y su renuncia, el Papa se confiesa en un libro

La mitra papal sale volando en el Varticano. ALESSANDRO DI MEO

Publicado por
Darío Menor
Roma

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El papa Francisco, de cuya elección como obispo de Roma se acaban de cumplir once años, no tiene intención de renunciar al pontificado pese a sus 87 años y a los problemas de salud sufridos recientemente, con varios episodios gripales y dos hospitalizaciones el año pasado. Lo cuenta él mismo en su autobiografía, escrita con la colaboración del periodista italiano Fabio Marchese Ragona, y cuyo contenido fue adelantado en parte este jueves por el diario ‘Corriere della Sera’. n Life. Mi historia en la Historia llegará a las librerías italianas la semana que viene, Francisco explica que las críticas que recibe son de quienes tratan de «frenar las reformas».

«Pienso que el ministerio petrino sea ‘ad vitam’ y, por tanto, no veo condiciones para una renuncia. Las cosas cambiarían si se produjera un grave impedimento físico y, en ese caso, ya firmé al inicio del pontificado la carta de renuncia que deposité en la Secretaría de Estado», afirma Francisco, insistiendo una vez más en que, en caso de renuncia, dejaría el Vaticano para vivir en la basílica romana de Santa María la Mayor, donde se dedicaría a la confesión y a llevar la comunión a los enfermos.

No querría que le llamaran ‘Papa emérito’, como ocurría con su antecesor, Benedicto XVI, sino ‘obispo emérito de Roma’. «Pero esta es una hipótesis lejana, porque de verdad que no tengo motivos tan serios para hacerme pensar en una renuncia: gracias al Señor, gozo de buena salud y aún hay muchos proyectos que realizar».

Durante los once años que se prolonga ya el pontificado no han faltado las críticas de una parte del sector eclesial más conservador, que se siente incómodo con sus reformas y aperturas. «El Vaticano es la última monarquía absoluta de Europa y, a menudo, aquí dentro se hacen maniobras de corte», previene Francisco. En el cónclave de 2013 donde fue elegido había muchas ganas de «cambiar las cosas» para dejar «esas actitudes que por desgracia aún hoy cuesta que desaparezcan», porque «siempre hay quien intenta frenar las reformas y querría quedarse parado en los tiempos del ‘Papa-rey’».

«¡cristianismo en estado puro!»

La histórica renuncia al pontificado de Benedicto XVI en febrero de 2013 y la elección de Francisco provocó una situación insólita: la convivencia de dos Papas, uno en ejercicio y otro emérito, hasta el fallecimiento del alemán el 31 de diciembre de 2022. «Decidimos juntos que habría sido mejor que no viviera escondido, sino que viera gente y participara en la vida de la Iglesia. Por desgracia sirvió para poco, porque las polémicas en diez años no faltaron y nos hicieron mal a los dos».

Jorge Mario Bergoglio estudió Química de joven en Argentina y trabajó en un laboratorio donde tenía una jefa que recuerda como una «mujer formidable» a la que «debo mucho». Esta señora, llamada Esther, era «una comunista de verdad, atea pero respetuosa. Aunque tenía sus ideas no atacaba nunca la fe. Me enseñó mucho de política. Alguno, tras mi elección como Papa, ha dicho que hablo a menudo de los pobres porque yo también sería comunista o marxista. Pero hablar de los pobres no significa automáticamente ser comunista: ¡Es cristianismo en estado puro!».