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El joven que descubrió la vocación en el Ejército

Víctor Moreno. FERNANDO OTERO

Publicado por
Ana Gaitero
León

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Víctor Moreno Fernández tiene 25 años y hoy da un paso importante en su vida. Este joven, que se crió en el barrio de La Palomera y tiene raíces en Puente Castro y en Villaornate, realiza el rito de admisión al sacerdocio esta tarde en la iglesia de San Juan y San Pedro de Renueva.

En el día de la fiesta patronal de su pueblo materno, que coincide con el patrón de los sacerdotes, recibirá la bendición del obispo De las Heras para seguir el camino que eligió cuando trabajaba en el Ejército.

«Desde pequeño me gustaron las cosas de iglesia. Luego me alejé y seguí unido a la fe por la Semana Santa. Al acabar el Bachillerato entré en el Ejército. Estuve dos años en Burgos en Artillería. Allí conocí al capellán y se produjo el discernimiento de mi vocación», relata. Víctor lleva cuatro años en el Seminario Diocesano San Froilán de León. «Hoy paso a ratificar mi sí a Dios», señala. «No me siento un bicho raro y menos viniendo del mundo militar; soy un chaval normal de León de toda la vida», afirma.

Seguidor del balonmano y del buque insignia de este deporte en León, otra de sus pasiones es la Semana Santa y, en particular, la música. Víctor pertenece a la banda de cornetas del Dulce Nombre. Otra de sus aficiones son los bailes regionales, heredada de sus raíces en Puente Castro. Como seminarista, apoya a la parroquia de San Froilán (anteriormente a la de Santo Toribio de Mogrovejo) y se ha prestado como voluntario para la pastoral penitenciaria. «Escogí la cárcel porque es distinto y soy un poco aventurero», explica sobre su elección. Reconoce que la primera entrada «causa impresión», pero «me gusta».