«Antes de operarme no era capaz de sentarme en la silla»

Tomás Celado tiene 61 años. Con 50 años le diagnosticaron Parkinson. «Si te das una vuelta por el servicio de Neurología verás que hay mucha gente joven. Siempre se ha asociado esta enfermedad a la gente mayor, pero no es así». A Tomás le colocaron unos electrodos en el cerebro hace nueve años y desde entonces su vida cambió. «Antes de la operación no era capaz de sentarme en una silla, con muchos movimientos involuntarios. Mi vida cambió desde el momento que salí del quirófano».

La operación en la que le colocaron en el HUCA los electrodos de estimulación en el cerebro le cambió la vida pero pide más atención para los pacientes con Parkinson. «El problema que tenemos en la asociación es la falta de dinero para dar más servicios, tenemos pocos apoyos y necesitamos mucha logopedia y rehabilitación que la Seguridad Social no nos da».