MANUEL VALDÉS
Profesor emérito de Historia del Arte de la Universidad de León
«Ramón y Cajal creó su propia teoría del arte para dibujar»
Manuel Valdés, profesor emérito del Historia del Arte de la ULE, ofrece hoy una conferencia en la sede de Sierra Pambley
«Ramón y Cajal fue una especie de hombre del Renacimiento,con una personalidad poliédrica». Su faceta como pintor y fotógrafo será el tema de la conferencia que ofrece hoy el profesor emérito de Historia del Arte de la ULE, Manuel Valdés que abordará Las Artes Plásticas (1930-1934). La paradoja de Ramón y Cajal. La conferencia, organizada por el Instituto de Biomedicina (Ibiomed) de la Universidad de León y la Fundación Leonesa Pro-neurociencias, tendrá lugar en la sede de la Fundación Sierra Pambley a las 19.30 horas.
—La faceta artística es quizás la menos conocida de Santiago Ramón y Cajal.
—Ramón y Cajal (1853-1934) tiene muchas caras, y casi todas buenas. Las artes plásticas fueron la vocación frustrada por la familia, que no quería que se dedicase a ellas porque no eran de provecho,. Con su dedicación al mundo de la neurociencia fue necesario establecer los criterios de lo que era un dibujo científico. Creó su propia teoría del arte para definir lo que consideraba lo que debía de ser el dibujo y la pintura. Se convirtió en un crítico de las artes plásticas del momento a través de sus libros memorialísticos. Sus criterios estéticos están reflejados en tres libros como Infancia y juventud , que publicó con unos 50 años; Charlas de café , que publicó con algo más de 60 años; y Memorias de un hombre a los 80 años. En los tres deja sus criterios estéticos que podríamos denominar conservadores.
—En su conferencia hablará de la paradoja de Ramón y Cajal. ¿Cuál es era paradoja?
—La paradoja es que cuando se empezaron a conocer los dibujos de 1915 y 1920 que Ramón y Cajal había hecho y por los que recibió el Premio Nobel, investigadores tan importantes para Castilla y León como Pío del Río Hortega, se dieron cuenta que coincidía con la estética de pintores surrealistas como Dalí o como Federico García Lorca, que fue el que profundizó en estos dibujos neurológicos de Santiago Ramón y Cajal.
—¿Si Ramón y Cajal hubiera nacido en Florencia en el Renacimiento estaría a la altura de Leonardo Da Vinci y Miguel Ángel?
—Su nivel es ese. Para la neurociencia ha sido una figura de un hombre del Renacimiento o del Siglo de las Luces. Es una figura clave en el mundo científico. Todos sus sucesores pudieron entrar en el cerebro humano a partir de los dibujos de Ramón y Cajal, que reflejaban cómo eran esas conexiones interneuronales. Es un hombre que tocó muchos palos. Inventó un tipo de fotografía en color, era fantástico definiendo los juegos infantiles, era sensacional definiendo las clases de pájaros que le rodeaban y hablando de los procesos que conducían hacia la muerte. En sus obras literarias encontramos una fuente de conocimientos casi permanente.
—A pesar de que en su infancia y adolescencia tuvo problemas de adaptación.
—Su padre quería que fuera un hombre de provecho. Debemos tener en cuenta que la infancia y los primeros años de juventud los pasó en pueblos de Aragón y Navarra. Las primeras acciones de niño y adolescente fueron trastadas. Una de sus características era la intensidad con la que cogía las cosas. En las peleas de niños, las dreas, hacía hondas, consultaba la calidad de la cuerdas, buscaba la mejor badana, elegía los guijarros que mejor penetraran en el aire... Nunca se quedó en lo superficial. El padre veía que se distraía y profundizaba en cosas que creía que no eran de provecho. Practicó el dibujo a escondidas de su padre.
—Una intensidad abrumadora.
—No se quedaba en la superficie. Cuando practicó la fotografía inventó la fotografía en color. Cuando empezó utilizaba el mando a distancia. Tenía una infinita curiosidad y un poder de penetración e intensidad de las investigaciones.
—¿Cómo fue su paso por la Facultad de Medicina?
—Mi impresión es que le interesó todo menos la práctica de la medicina, entre otras cosas porque coincidió con la guerra de Cuba, donde estuvo, y cayó gravemente enfermo de tuberculosis. Los primeros dibujos anatómicos e histológicos los hizo cuando ocupó la cátedra de Histología, primero como profesor en Zaragoza y luego en Valencia.
—¿Cómo definiría sus dibujos?
—Dibujaba fielmente, de ahí que fueran muy conservadores. Propone el dibujo científico, pedazos de la realidad, como documentos son buenísimos. Se enfrentó a los idiomas y consultaba los tratados extranjeros.
—Si tuviera que elegir una obra de Ramón y Cajal para una exposición ¿qué seleccionaría?
—Elegiría pocas de pintura. Para una exposición elegiría algunas de sus fotografías en color, que son muy interesantes y que se podrían relacionar con un movimiento artístico contemporáneo muy característico de España, como el Modernismo. Los profesores que le enseñaron pintura no estaban vinculados con los movimientos artísticos de aquel momento. Admiró a Soroya y Miró, pero me interesan más sus fotografías.
—¿Qué temática utilizada?
—Fundamentalmente posados de damas rodeadas de frutas y cosas de muchos colores, porque ensayaba el color.