El modelo de reinserción de Villahierro se exporta a Europa
Equipos de intervención terapéutica de las prisiones de Italia, Bélgica y Portugal han analizado en la cárcel de Villahierro las prácticas utilizadas para la reinserción de adultos con conductas adictivas. El grupo participa en el programa Erasmus plus y recorre las cárceles de Europa para editar una guía de buenos métodos. La prisión de León es la única de España que colabora en este proyecto.
Editorial: León sí reinserta a sus presidiarios
El italiano Andrea Ascari, responsable del grupo de Proyectos Europeos de la Federación Italiana de la Comunidad Terapéutica (FICT) y miembro del Ecett, asociación europea de intercambio de experiencias de profesionales del sector de la intervención social, lleva apuntada en la lista de buenas prácticas de la prisión de Villahierro, la existencia de una «red real» de trabajo «lejos de los protocolos formales que no funcionan». Ascari es uno de los nueve participantes de Bélgica, Italia y Portugal en el programa Fresh Start que durante una semana ha visitado el centro penitenciario de León para aprender del programa de Proyecto Joven-Proyecto Hombre. El equipo de profesionales de estos países, junto al de León, recorrerá distintas cárceles de varios países europeos para después incorporar en una guía los mejores métodos de reinserción de presos drogodependientes. Lo que más ha llamado la atención de la cárcel de Villahierro son los módulos de respeto y la colaboración de instituciones y asociaciones para crear una red de trabajo que ayude a los reclusos a salir de la droga y reincorporarse social y laboralmente en la sociedad.
«Lo más llamativo es la relación entre las personas», destaca el profesional italiano. «En Italia este método de trabajo es muy difícil porque las cárceles tienen una guardia independiente del Gobierno y es muy difícil trabajar con dos direcciones diferentes».
El trabajo en red también ha impresionado a Georges Van Der Straeten, responsable durante cuarenta años de la Comunidad Terapéutica en Bélgica. «El objetivo es copiar los proyectos de buenas prácticas, hacer pequeños cambios en otros países sin tener que esperar a la aprobación de los políticos, que lleva mucho tiempo. Me ha impresionado lo bien que funcionan los módulos de respeto, algo impensable todavía en Bélgica y otros países europeos, a pesar de que llevamos más de veinte años intentándolo. Es increíble lo que se ha avanzado en León y lo bien que funciona».
La portuguesa Andreia Azeredo es directora de la comunidad terapéutica de Projecto Homem en Braga. «En Portugal no existen módulos de respeto similares a una comunidad terapéutica. El tiempo máximo de permanencia en una comunidad terapéutica es de 18 meses, lo que a veces es insuficiente para un tratamiento terapéutico completo. Insertar una comunidad en la prisión permite un seguimiento más prolongado, Nos asombra la inversión en actividades recreativas y formativas, que permiten desarrollar habilidades técnicas para la posterior reinserción laboral. Nuestros internos están todos en el mismo sitio, con pocos recursos ypocas acividades. Aunque hay colaboraciones con ONG externas, falta triangulación de información entre todos los miembros, como ocurre en León».
Eva Van Hoecke, psicóloga de una asociación externa que interviene en la prisión de Gante (Bélgica), asegura que el ambiente que se vive en la comunidad terapéutica de León no existe en su país. «En Bélgica hay un juez específico para las personas que cometen un acto delictivo bajo los efectos de las drogas y da la oportunidad de entrar en la cárcel o rehabilitarse, pero fuera de ella. Si entran en la cárcel no hay nada que les ayude y en las prisiones no hay espacio, hay hasta colchones en el suelo para que duerman. Son espacios saturados, es imposible crear allí la atmósfera de los módulos de respeto que hemos visto en León. Allí hay visitas diarias, pero porque los reclusos están ociosos, no tienen nada que hacer en todo el día».
Dos años de trabajo
El programa Fresh Start tiene una duración de dos años. Los nueve profesionales de los países que han visitado León han asistido a los servicios terapéuticos, de reinserción y formativos que lleva a cabo Proyecto Joven en su centro de Día de León y en el centro penitenciario. En la red de León participan los servicios sociales, las administraciones y la Cámara de Comercio, con la organización de talleres y cursos de formación para el empleo.
«Las personas privadas de libertad forman parte de la sociedad, dentro y fuera de la prisión», destacó la directora del centro penitenciario de León, Henar García. «Los trabajos con Proyecto Joven-Proyecto Hombre son innovadores y creativos y se adaptan cada día a las personas, no son fijos ni protocolarios».
El 40% de los 845 internos de la prisión de Villahierro han tenido o tienen dependencia a alguna sustancia. «A todos hacemos un análisis de las necesidades y diseñamos un circuito personalizado» con actividades laborales y terapéuticas.
El presidente de Proyecto Joven-Proyecto Hombre, Jorge Juan Peña, destaca la importancia de la colaboración entre las instituciones públicas, privadas, oenegés y asociaciones que trabajan en Europa para la reinserción sociolaboral de los internos drogodependientes. «Hay que destacar el papel de la prisión de León, que se ha dejado analizar, ha abierto sus puertas a este programa, algo que no ocurrirá en otros países».
El programa Fresh Start pertenece al Erasmus plus, coordinado desde Projecto Homem Braga (Portugal) y financiado por la Unión Europea, con la colaboración de Porgetto Uomo (FICT (Federación Italiana de Comunidades Terapéuticas) y Ecett (Asociación europea dedicada al intercambio de profesionales del sector del trabajo social).
El próximo programa en el que participará la cárcel de León será para analizar las buenas prácticas en los casos de violencia de género «que cada vez llegan más», destaca Peña. En este nuevo análisis, además de León, se prevé que estén también las prisiones de Valladolid y Palencia.
Los miembros de los distintos países europeos participantes se reúnen periódicamente para compartir, debatir y reflexionar sobre las prácticas europeas de reinserción social.
Andrea Ascari