Edificio Mariano Andrés, 47
L eón, noviembre de 1970. Prudencio Sánchez Barrenechea proyectó este edificio para la Constructora Benéfica Nuestra Señora del Camino en un solar de la Avda. Mariano Andrés entre las calles Padre César Morán y Monte de Piedad, cuyas obras ejecutó con Rutilio Fernández Llamazares y Miguel Bayón Álvarez como aparejadores… Inmueble en forma de U adaptado a los límites de la parcela y construido sobre pórticos de hormigón. Sin sótano. La planta baja para locales comerciales y dos portales: uno por P. Cesar Morán y otro por Monte de Piedad, ambos con su puesto de vigilancia, dos ascensores y escalera para servir a bloques independientes sometidos al obligado escalonamiento por las calles laterales... 45 «viviendas de renta limitada» en siete plantas a fachada y otra retranqueada, más un sobreático para los porteros. Los alzados al patio revocados, con sus huecos y terrazas ajustados a la distribución interior, hoy muy alterados. Las fachadas exteriores con sutil ordenación tripartita. En las laterales, estrechos cuerpos volados entre sencillas portadas abajo y los debidos escalones arriba. La más representativa hacia Mariano Andrés con voluntad simétrica, basamento comercial y el frente principal revestido por paños de gresite en cuatro tonos entre vanos apaisados y normales, carpinterías metálicas, y terrazas con barandillas y pasamanos de tubo que contraponen su horizontalidad al efecto ascendente de esbeltos machones que estructuran la fachada y dos cuerpos en voladizo con celosías de tubos paralelos marcando los tendederos. Todo culminado por más tubos sobre los antepechos de las azoteas… Prudencio Barrenechea, a la sazón arquitecto municipal, había iniciado su carrera, abrazado a los Historicismos autárquicos de los años 40, pero a principios de los 70, también practicaba ese Racionalismo de posguerra, «lógico y funcional», de planteamientos claros, buscando sencillez y armonía con planos y volúmenes bien articulados, enfatizados por el hábil manejo de los nuevos materiales, que ponía de manifiesto entonces, y todavía hoy proclama, la voluntad de renovación de la arquitectura leonesa en aquellos señalados años.