Nuevas vías para curar la depresión
Ensayan en modelos de tasas la interacción de dos neurotransmisores, el neruopéptico y la galamina, con resultados esperanzadores para tratar la enfermedad
Investigadores de la Universidad de Málaga (UMA) han obtenido «resultados prometedores» en modelos animales de un nuevo tratamiento para la depresión, lo que abre la puerta a desarrollar, en el medio plazo, una nueva generación de fármacos más rápidos y efectivos que los que existen actualmente. La depresión es un trastorno mental que se estima que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo, sin contar las que no están diagnosticadas.
Causa un sentimiento de tristeza constante, ansiedad, vacío y pérdida de interés, y supone una de las patologías más frecuentes en los centros de salud y la primera causa de atención psiquiátrica.
Durante los últimos sesenta años, los tratamientos convencionales para la depresión se han enfocado en aumentar en el cerebro los niveles de serotonina, un neurotransmisor muy relacionado con el control de las emociones y el estado de ánimo.
Sin embargo, se ha evidenciado que casi la mitad de los pacientes no responden a estos tratamientos y que dos tercios sufren recaídas. Además, estos fármacos a menudo tardan en surtir efecto y tienen efectos secundarios, lo que hace necesario la búsqueda de nuevas opciones, explica el profesor y doctor de la UMA Manuel Narváez, que ha liderado la investigación.
Ensayo en modelos animales
El equipo de la UMA se ha centrado en explorar cómo la combinación de diferentes compuestos puede mejorar significativamente los síntomas depresivos en modelos preclínicos animales (ratas). En concreto, ha analizado la interacción de dos neurotransmisores, los ‘mensajeros químicos’ del cerebro: el neuropéptido y la galanina. También ha descubierto cómo el neuropéptido Y potencia los efectos antidepresivos de la ketamina.
Tres semanas después de la administración del tratamiento de forma intranasal, porque así llega antes al cerebro y tiene menos efectos secundarios, se evidenciaron comportamientos más activos y positivos en las ratas, un signo prometedor de reducción de la depresión.
«Al administrar estos compuestos juntos hemos visto mejoras notables en su comportamiento que son comparables a lo que esperaríamos de un tratamiento andidepresivo en humanos», indica el doctor Narváez. «Lo más sorprendente», añade el científico, es que no sólo mejoró el estado de ánimo de los animales, sino que también se vieron cambios físicos en sus cerebros, con un aumento de la formación de nuevas células en el hipocampo, una región que es determinante para regular el estado de ánimo y formar recuerdos.
El doctor Narváez, que dirige la cátedra Imbrain: Neurociencia Integrada y Bienestar de la UMA, recuerda que la formación de nuevas neuronas es «algo muy deseado» en el tratamiento de la depresión, ya que está relacionado con la mejora del ánimo y la función cognitiva.+