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Las clarisas de León rezan para que «se les ilumine la mente» a las monjas díscolas

Los conventos de Santa Clara de León y Astorga sienten estupor y tristeza ante el escándalo de Belorado (Burgos) y esperan que se solucione: "Depende todo de ellas"

Una monja en la parte de la muralla del monasterio de Santa Clara de León.Jesus F. Salvadores

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León / Burgos

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Estupefacción, tristeza y dolor. Son los sentimientos que embargan a dos de las comunidades de clarisas de la provincia de León ante el motín de las monjas clarisas de Belorado (Burgos), que protagonizan un cisma con la jerarquía de Roma por no recibir autorización para la venta de un convento.

Las hermanas del Monasterio de Santa Clara de León han asegurado que «nos ha parecido muy mal» lo que han hecho sus compañeras, aunque matizan que no estaban al tanto de los problemas que rodean al caso «porque pertenecemos a otra federación y tenemos otra presidenta».

El convento de León pertenece a la federación de Monzón (Huesca), mientras que las burgalesas dependen de Cantabria. «No sabemos nada, nos hemos enterado por las noticias, pero lo estamos llevando muy mal. Lo único que nos queda es rezar por ellas para que se les ilumine la mente», señaló una de las hermanas por teléfono.

Las monjas leonesas, una comunidad de 17 hermanas, manifiestan su ferviente deseo de que las aguas vuelvan a su cauce. «Queremos que se arregle», aunque matizan que «depende todo de ellas porque han hecho una cosa muy desagradable».

En el convento de Santa Clara de Astorga la preocupación por lo sucedido en Burgos también es grande. «Está muy mal que hayan hecho lo que han hecho. No se debe hacer. Lo hemos sentido mucho», subrayó la hermana que atiende el teléfono.

Los conventos leoneses de clarisas tienen su origen en el siglo XIV, en el caso de Astorga, y en el siglo XVI, el de la capital. Además, siguen la regla fundada por Santa Clara y Francisco de Asís, las clarisas del convento de la Anunciada de Villafranca del Bierzo.

Las monjas clarisas de Belorado (Burgos) han asegurado «no estar secuestradas» lejos de sus familias y han trasladado su deseo de «ser fieles a la verdad de Cristo» que han recibido, a la «fidelidad a la fe y a la doctrina católica», al tiempo que han explicado que no se van de la Iglesia, por lo que irán explicando su situación conforme avance el tiempo. Así lo han hecho las religiosas a través de un vídeo publicado en su perfil oficial de redes sociales, en el que han remarcado que tienen la intención de expresarse en relación con las «preocupaciones» que han surgido y que les han llegado, si bien ha enfatizado en que están «bien».

Por este motivo, las clarisas de Belorado han pedido «paciencia» a todos aquellos que estén preocupados y han adelantado que darán a conocer todo lo que han «descubierto» para «desmentir» informaciones.

Las clarisas de Belorado y Orduña anunciaban este lunes en un comunicado que abandonaban la Iglesia de Roma debido a la «persecución» que sufrían y que «ha puesto palos de rueda» a su comunidad, así como estar «bloqueadas» por Roma al no otorgarles la licencia de venta del convento de Derio y «querer quedarse» con sus propiedades.

En el escrito, firmado por la madre abadesa sor Isabel de la Trinidad, en nombre de todas las religiosas, pertenecientes a la Orden de Hermanas Pobres de Santa Clara, acusaban a Roma de no querer concederles «licencia de venta del convento de Derio (probablemente seguirá en el despacho de Mario Iceta y de la presidenta hasta el fin de los tiempos...)» y de no permitirles «cumplir con los pagos» del Monasterio de Orduña y rescindir el contrato de compraventa «sin previo aviso» después de tres años.

«Nos van a denominar herejes y cismáticas, locas y muchas cosas más, muy calumniosas y desagradables. No los creáis, al menos por esta vez, que no os engañen», aseguraban. El Monasterio de la Clarisas de Santa Clara se fundó en un campo que se denominaba Bretonera, de ahí que también se llame el Monasterio de Nuestra Señora de la Bretonera.

Fran Ceacero, que ahora se hace llamar ‘Don José’ y ha adquirido notoriedad pública como miembro de la ‘Pía Unión Sancti Pauli Apostoli’ y portavoz de las monjas clarisas de Belorado (Burgos), fue anteriormente un reputado coctelero en Bilbao hasta hacerse sacerdote. Ahora se ha encerrado con las monjas de Belorado en el convento.