«Cuando me dijeron que ya no era española sentí que perdía mi identidad»
Sentencia pionera. La brasileña Renata Royo, nieta de leoneses, recupera la nacionalidad española tras perderla por no declarar la voluntad de conservarla, un trámite burocrático que está afectando a muchos descendientes de españoles en el extranjero. El caso, llevado por un abogado de León, da lugar a un fallo pionero tras la modificación de la Ley de Enjuiciamiento Civil de 2020, que eleva las demandas de este tipo al ámbito civil.
La sección vigésima de la Audiencia Provincia de Madrid ha confirmado la sentencia del juzgado de 1º Instancia nº 45 de Madrid y devuelve la nacionalidad española a Renata Royo, nacida en Brasil y nieta de leoneses. El fallo llega tras cinco años de lucha en los tribunales después de que el consulado de España en Brasil le comunicara que había perdido la nacionalidad por no declarar la voluntad de conservarla. Este requisito está en vigor tras la modificación del articulado del Código Civil en 2003 que establece que los hijos de padre o madre española que residan fuera de España y hayan nacido a partir del 9 de enero de 1985 tienen que declarar la voluntad de conservar la nacionalidad en el plazo de tres años después de alcanzar la mayoría de edad. Renata Royo había renovado su pasaporte pocos meses antes de saber que se le retiró la nacionalidad «lo que obviamente era una declaración de voluntad de conservarla», asegura desde Brasil.
Esta modificación del articulado del Código Civil «está haciendo que mucha gente pierda la nacionalidad», asegura Aurelia Álvarez Rodríguez, catedrática de Derecho Internacional Privado en la Universidad de León. «El Consejo General de la Ciudadanía Española en el exterior ha pedido el cambio de ese articulado porque se están produciendo muchos casos de pérdida de nacionalidad y no tiene sentido que por un lado se estén concediendo a los descendientes por la Ley de Memoria Histórica y haya otro grupo que la esté perdiendo».
De hecho, Renata buscó a un abogado en Porto Alegre, en Brasil, que perdió el caso. «Después de eso, viví unos meses con mis primos (segundos) en León, estudié lengua y cultura española en la Universidad de idiomas de León. Me fui a vivir a Barcelona en 2016 para estudiar el máster en psicología». Y se puso en contacto con el abogado leonés, Jorge Herreras Delgado, que es el que le ha llevado el caso en España y ha conseguido que le devuelvan la nacionalidad perdida.
«Mis abuelos maternos eran leoneses y vinieron a vivir a Brasil. Cuando nací yo, mi abuela (que para mí fue una madre️) me inscribió en el consulado de Porto Alegre, que es una ciudad cercana a Caxias do Sul, donde vivo yo. De esta forma, tuve la nacionalidad española hasta que un día el consulado me comunicó que la había perdido. Para mí fue una noticia horrible porque el sentimiento que tuve fue de que me habían quitado una parte de mi identidad. No podía comprender cómo alguien podía perder algo que era suyo. Yo no conocí a mi abuelo, pero mi abuela leonesa era como mi madre. Mi madre es médico y trabaja mucho, así que quien cuidó de mí cuando niña fue mi abuela. Y como ella era de españa, me criaron con costumbres de España. La comida, las canciones infantiles, los viajes para visitar a familiares… yo me siento muy española, aunque no haya nacido en España. Así que me cayó muy mal cuando me dijeron que yo ya no era española. Entonces empecé, desde mis 21 años, a luchar por recuperar parte de mi identidad».
La presentación de la demanda en España se produjo unos meses antes de que entrara en vigor otro cambio en la Ley de Enjuiciamiento Civil, por la que los casos como el de Renata dejaban de tramitarse como contencioso administrativo y pasaban al ordenamiento civil.
«Lo primero que hice fue presentar en la Dirección General de Registros y Notariados, que después ha pasado a llamarse Dirección General de Seguridad Jurídica y Fe Pública, un escrito administrativo de dispensa del requisito de residencia en España para la recuperación de la nacionalidad y me lo denegaron por no acreditar circunstancias excepcionales que le impidieran residir en España». A este fallo continuó un recurso que tuvo como respuesta el silencio administrativo, al que siguió una demanda en la Audiencia Nacional, que contesta que lleve el caso por la vía civil. El juez de primera instancia da la razón a Renata pero el abogado del Estado recurre, con la adhesión del Ministerio Fiscal, pero una sentencia reciente la sección vigésima de la Audiencia Provincial de Madrid desestima el recurso de apelación interpuesto por el abogado del Estado y da la razón a toda la argumentación del abogado leonés.
«Después de mucho tiempo y dinero invertido, en algo que hasta hoy me parece injusto, hemos ganado y logré registrar mi recuperación de nacionalidad en el consulado de Porto Alegre. El día 6 de junio celebro mi matrimonio en el Parador de León. Así que dentro de pocos días llegaré a Madrid con muchos —50— invitados brasileños que acudirán a la boda. Al final mi historia tuvo un final feliz, agradezco mucho a Jorge Herreras. el abogado, por todo lo que ha hecho El tiempo que estuvimos peleando en el juzgado pasé momentos de mucha angustia y ansiedad. Mi abuela leonesa ya no está, pero las costumbres españoles se las pasaré a mis hijos el día que los tenga, porque tengo mucho orgullo de mi origen. Y ahora duermo más tranquila sabiendo que ellos también llevarán a España como parte de su nacionalidad».