«No hay datos disgregados por etnia y eso invisibiliza a las mujeres gitanas»
La Ley de Protección de Datos, uno de los problemas para estudiar con fuentes formales la situación de la etnia gitana
No hay datos formales disgregados por etnias, «lo que dificulta probar la desigualdad que sufren las mujeres gitanas y genera un problema de invisibilidad». Es una de las conclusiones del I Congreso Mujeres gitanas: forma de vida y memori a, celebrado en la Facultad de Educación de la Universidad de León con el objetivo de poner en valor la historia de la lucha de las mujeres gitanas, para promover la tolerancia y los derechos de este colectivo.
El rector en funciones de la Universidad de León, Juan Francisco García Marín, presidió el acto de inauguración y subrayó la importancia de este Congreso para que las mujeres gitanas «puedan seguir integrándose en la sociedad y que sean reconocidas con todos sus derechos» y no se den casos como la reciente sentencia emitida por la Audiencia Provincial de León que redujo la pena a un hombre por agresión sexual a una menor, que tuvo tres hijos, cuando tenía entre 12 y 15 años.
Durante el congreso de ha abordado el antigitanismo y el sexismo, la doble discriminación, así como los estereotipos que han desmontado varias mujeres con sus testimonios «y que han roto con todos los estereotipos sin perder su identidad, por lo que son un ejemplo de evolución y progreso».
El absentismo escolar y la marginalidad se identifican con la etnia gitana «y se entiende que van vinculados, pero lo que nos identifica son los valores positivos como el respeto, la solidaridad y el apoyo mutuo», asegura la abogada gitana leonesa Selene de la Fuente. «Cuesta definir qué es ser gitano porque no se puede generalizar, cada persona lleva un desarrollo independiente».
En las potencias se abordaron los derechos reproductivos de la mujer gitana «que no existen», el papel de la mujer en la religión, donde han tenido un importante papel «que ha sido silenciado», la justicia reproductiva y la violencia de género. «Necesitamos un feminismo gitano, que tenga en cuenta la etnia, que las mujeres viven con las familias de sus parejas. Hay fallos judiciales que desprotegen a las mujeres».