«El coche es el faraón contemporáneo»
Las visiones de Richard Le Manz. Ricardo Manzanilla es un manchego afincado en León, ingeniero industrial de formación y fotógrafo por pasión. Dejó de enfocar a la naturaleza idílica tras el terremoto de Nepal por el compromiso ambiental a través del arte.
Aphasiâ. Visiones del antropoceno es el resultado del giro vital que se produce en Richard Le Manz en 2015, impactado por el terremoto de Nepal. Pasó de mirar el mundo como «si la naturaleza fuera infinita» al compromiso de hacer ver al mundo, al menos el más cercano, lo que pasa en el planeta Tierra y lo que le espera a la humanidad si sigue en estado de afasia.
Una mirada de la naturaleza a lo social que ve claro que la acción del ser humano sobre el planeta es la responsables de los problemas climáticos que han dado lugar a lo que la que se considera una nueva era geológica: el Antropoceno.
«El problema comienza en la revolución industrial», pero «hemos autoinfligido una afasia colectiva» sin atender las advertencias de la ciencia. «En los años 70, el informe Meadows ya plantea los límites del crecimiento, pero creemos cualquier información malintencionada y los científicos no nos convencen de nada», lamenta.
Tampoco los medios de comunicación. En 1979 el Time publica una portada que alerta sobre el impacto de la contaminación en la salud. En 1988 se habla de una gran sequía. En 2000 del deshielo en los polos... Le Manz aporta «la fría verdad» en trampantojos de portadas propias que se superponen al discurso mediático.
Richard Le Manz, ingeniero industrial de formación, se fijó en el impacto de la acción humana sobre el planeta que ha operado el coche. En una sala, convierte en poesía visual la geometría del motor de explosión, «un increíble invento» que en 135 años de funcionamiento «no ha cambiado nada».
Un invento que ha condicionado la movilidad, el diseño de ciudades y la parcelación de las carreteras y ha roto los límites, convirtiéndose en una fuente de emisiones de CO2. Esta parte de la exposición, que se presentó en Emiratos Árabes en 2019, reflexiona sobre el impacto de los 1.500 millones de vehículos que hay en el mundo. En esta visión el coche es un virus y las piezas del automóvil un tablero de ajedrez que representa el «poder económico de la industria del automóvil».
El power tiene un doble significado en la lengua británica: la potencia y el poder. El petróleo es su gran aliado. Con un litro de gasolina se puede hacer el trabajo de tres días de una persona. «Durante muchos años nuestro Dios ha sido el coche. Es el fararaón contemporáneo», tal y como plasma una pieza que imita a los cartuchos que guardan el nombre de los faraones.
La reflexión
Sin olvidar que el carbón también se encuentra entre los combustibles fósiles contaminantes. «Nunca pensábamos lo que había debajo», hace un guiño al coche eléctrico como una de las patas de la movilidad del futuro.
Aphasiâ. Visiones del antropoceno se desliza por el planeta A de la destrucción, pero ofrece teclas para la esperanza. Una bañera a punto de rebosar esté en este campo de las visiones. «Hay que cerrar el grifo del CO2 y abrir el tapón», hay que aumentar la fotosíntesis frente a la deforestación del planeta: 23 millones de hectáreas se perdieron en 2023, el equivalente a 76 campos de fútbol, advierte el artista.
Richard Le Manz no solo no transige, sino que también combate el green washing. Unas hojas cogidas con pinzas en un tendal muestran que «nos hemos hecho todos verdes. Hemos lavado la ropa, pero tenemos unas cuchillas muy potentes», apunta.
Para detener la afasia, el artista ha realizado una instalación que dibuja las franjas del clima, del azul al naranja, desde 1850 a 2023 en comparación con el periodo 1971 a 2000. «En los últimos 30 años nos hemos comido el 50% de los recursos», y el planeta ha respondido con el calentamiento, inviernos cada más cálidos y fenómenos extremos.
La exposición se va abriendo hacia la esperanza en su último tramo. «La naturaleza romperá el tiempo y nos salvará», confía. La capacidad de regeneración que tiene la naturaleza requiere también que la humanidad encuentre el equilibro y viva en equilibrio.
Hay que actuar, insiste, porque «el planeta va a continuar, el problema lo tenemos nosotros. Hemos puesto por delante de todo el dinero. La crisis no es ambiental, es humana y pensamos que un Dios, el Dios de la tecnología, nos va a salvar», apostilla.
«A pesar de lo que maltratamos a la naturaleza, tengo la esperanza de que salgan las hojas», explica el artista en su visita guiada al llegar a la galería donde expone imágenes de doble y triple exposición, creadas en la cámara. En una de las más impactantes unas manos se abren con la imagen de la tierra cuarteada del pantano de Luna durante la gran sequía de 2017.
El cambio, dice esta visión de Le Manz, «está en nuestras manos. Necesitamos ese cambio de paradigma, organizar el decrecimiento porque en unos años va a haber menos energía, el acceso a la energía va a ser muy caro. Si no nos preparamos, desigualdad brutal».