«León tiene excedentes de huella ecológica y debe ser compensada»

El urbanismo solidario es el nuevo concepto que emerge como ariete frente a la despoblación. Es una idea que rompe con estereotipos y estigmas como que las tierras que sufren la despoblación están atrasadas y son pobres. En el intento de dar la vuelta a esta forma de ver las cosas ya no están solo los geógrafos o algunas corrientes políticas.

La arquitectura se suma a una corriente que enfoca a estos territorios como «los más avanzados», tal y como Andrés Rodríguez y Susana Valbuena, el tándem de Rodríguez Valbuena Arquitectos, expusieron este viernes en el foro Diálogos Sostenibles que celebró una nueva edición en torno a la exposición Aphasiâ. Visiones del Antropoceno , del artista Richard Le Manz (en El Albéitar hasta el 21 de junio).

«En estos territorios tenemos muchas cosas modélicas como es la huella ecológica», afirman. La huella ecológica pone en relación los recursos que se necesitan para sobrevivir en un determinado espacio, como puede ser la provincia de León, con la población que lo habita. «En León somos excedentarios de huella ecológica, mientras que ciudades como Madrid y Barcelona necesitarían diez veces o más su territorio para sobrevivir», puntualizan.

Introducir esta perspectiva en la balanza económica es uno de los retos que plantearon en su charla sobre ‘Ciudades para los ciudadanos’. «Somos una provincia generadora de energía y recursos naturales, pero en cambio está de capa caída desde el punto de vista económico y social». El urbanismo solidario es la idea de que este desequilibrio se corrija y que «aquellas provincias que se benefician de nuestra situación compensen esas diferencias».

Aunque las medidas de compensación a los territorios generadores de recursos naturales y energía deben articularse desde el Estado, Rodríguez Valbuena Arquitectos apuesta por dar visibilidad a esa aportación valiosa en el siglo XXI frente a la idea estereotípica de que son territorios pobres frente a los territorios considerados ‘ricos’.

En la charla abordaron los nuevos retos del urbanismo para que la ciudad se piense para los ciudadanos. «Hay que poner en primer plano cuestiones del bienestar como la vivienda, el espacio público, la salud, la educación y la movilidad», subrayan. En este sentido, abogan por las zonificaciones para calmar el tráfico rodado, el refuerzo del transporte público y las estrategias de reciclaje de basuras, residuos y vertederos.

Los problemas más acuciantes que se plantean a las ciudades son la sobreexplotación del turismo, el crecimiento que compromete la identidad y la gestión urbanística.

En el caso de la ciudad de León valoraron positivamente las actuaciones de peatonalización y zonas verdes, así como la estrategia de desarrollo urbano sostenible de la Edusi que ha incidido en recuperación de espacios urbanos, dotación de centros cívicos y nuevas zonas verdes.

«León es una ciudad humilde en el contexto mundial, en la que se están llevando a cabo acciones muy europeístas», valoran Andrés Rodríguez y Susana Valbuena. Destacan en este sentido, la rehabilitación energética en edificios públicos (Bomberos, Palacio de Deportes, CHF, piscinas de La Palomera), la peatonalización y la movilidad.

«León es la segunda ciudad más verde de España, después de Vitoria, con un millón de metros cuadrados y más de 30.000 árboles», destacaron. Uno de los retos que tiene en este terreno es dotarse de una estrategia verde para adaptarse a los preceptos del Green Deal que aboga por la naturalización de la ciudad para que los entornos urbanos se conecten con el exterior rural.

Rodríguez y Valbuena confían en que la ERRP Norte, el nuevo proyecto de rehabilitación para los barrios de San Esteban, San Mamés, Ventas, Cantamilanos, Asunción e Inmaculada, incida en la rehabilitación de viviendas con el objetivo energético y de accesibilidad y que así «la inversión pública favorezca la regeneración urbana» de estas zonas más desfavorecidas.