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La danza rompe barreras en León

El taller impartido por Ángel Zotes e Isabel Álvarez a personas con discapacidad o en exclusión cierra una experiencia de nueve meses con una exhibición

Un momento de la exhibición del taller de Danza Inclusiva en el centro cívico León Oeste Crucero. FERNANDO OTERO

León

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Danza porque sí. Es el lema de Ángel Zotes, un bailarín con experiencia en la creación y la docencia, que junto a la artista Isabel Álvarez van der Feltz, ha incitado a apoderarse del espacio con el movimiento del cuerpo a un grupo heterogéneo de personas con diversidad funcional, discapacidad o en situación de vulnerabilidad y de diferentes generaciones. El taller de Danza Inclusiva, impulsado por la Concejalía de Bienestar Social, ofreció este martes una exhibición que ofrecieron a la ciudad en el centro cívico León Oeste Crucero. El fuego, el viento, la piedra, el agua y el río han sido algunos de los elementos de inspiración del taller. Han s para acercar el lenguaje simbólico de la danza a la concreción necesaria para crear un entorno de comunicación aje accesible.

Los monitores han destacado el sentido colectivo que ha adquirido el grupo, en el que muchas personas podrían haber alcanzado otros ritmos, pero también disfrutaban de ver cómo evolucionaban sus compañeros. Han trabajado con el movimiento y también con la expresión plástica. La fotografía ha sido una aportación de Paco Fergar, el participante de más edad que se echó un poco para atrás al ver que casi todos eran muy jóvenes pero decidió volver a la segunda sesión y ha completado el curso con satisfacción. Ninguna de las personas que empezaron se ha descolgado.

Jóvenes que participan en los programas de Amidown Down León y Proyecto Convivo se sumaron a esta actividad que se ha desarrollado entre octubre y mayo en el Auditorio de León. Esperan que se repita. La concejala de Bienestar Social, Vera López, señaló en la clausura del curso que practicar danza y otras artes mejora la autonomía, la comunicación, las relaciones personales y la movilidad. «Para las personas con discapacidad, sentirse parte de un grupo con intereses comunes es muy importante para el desarrollo de sus capacidades sociales y emocionales», resaltó. Se trabaja a partir de la diversidad y la inclusión, sin importar quiénes o cómo son las personas, sino lo que hacen a partir de sus particularidades.