Diario de León

El leonés de la primera tesis sobre música en niños con cáncer: «Es un gran poder sobre la salud»

Primera tesis sobre musicoterapia en oncología pediátrica . El leonés Román Rodríguez defiende en la Universidad de Alicante el primer trabajo que incluye la mirada de pacientes, familias y profesionales.

Román Rodríguez, con el saxofón, instrumento del que es especialista. DL

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Piano, percusión, altavoces y voces improvisadas son las ‘pildoras’ naturales más efectivas para modificar las ondas cerebrales y mejorar la salud corporal. El leonés Román Rodríguez ha obtenido el título de Doctor en Ciencias de la Salud por la Universidad de Alicante (UA) con la primera tesis en España que aborda la relevancia de la musicoterapia en oncología pediátrica. El trabajo incluye la mirada de pacientes, familias y profesionales sanitarios.

En el trabajo han participado 27 pacientes de oncología pediátria con edades comprendidas entre los 6 y los 18 años ingresados en el Hospital General de Alicante durante varias fases desarrolladas en los años 2020 y 2021.

La tesis titulada La relevancia de la musicoterapia en oncología pediátrica desde la mirada de pacientes, familias y profesionales sanitarios , calificada con sobresaliente Cum laude , concluye que la musicoterapia ofrece a niñas, niños y adolescentes con cáncer la posibilidad de desconectar de su situación clínica, afrontar mejor su enfermedad, favorecer la comunicación y expresar sus emociones. El trabajo estuvo dirigido por la profesora del Departamento de Enfermería de la UA, Ana Lucía Noreña Peña, y por la profesora de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Politécnica de Valencia, Teresa Cháfer Bixquert.

«Mi directora de tesis y yo nos trasladamos al hospital con los instrumentos y entrevistamos antes y después de las sesiones tanto a los niños y niñas como a sus familias. Contábamos con un medidor de emociones, unos emoticonos de caras que los menores identificaban con su estado de ánimo antes y después de hacer música. Grabamos las sesiones para observar los cambios que se producían en los gestos». Las emociones, recuerda este músico leonés afincado en Alicante, son universales. «Los niños no fingen y esa emoción siempre se refleja en la cara».

El trabajo incluye la percepción de los profesionales sanitarios que también participaron en el trabajo. «La música no sólo favoreció un clima asistencial más agradable, sino que benefició a los profesionales».

Según los resultados obtenidos, «las intervenciones de musicoterapia son bien recibidas no solo por los niños y adolescentes con cáncer, sino también por sus familias, musicoterapeutas y profesionales de la salud», destaca la tesis, y favorece «las relaciones sociales», mejorar «su estado de ánimo» y ayuda a «afrontar mejor su enfermedad».

La tesis de Román Rodríguez revisa toda la investigación previa realizada sobre la musicoterapia y publicaciones científicas sobre los efectos de la música en la salud física y mental. «La musicoterapia esté reconocida como una actividad profesional, pero no sanitaria, y debería incluirse en los hospitales. Ya hay suficientes evidencias científicas de los resultados y su rentabilidad. En Estados Unidos, Australia, Inglaterra y Viena, además de psicólogos, hay también musicoterapeutas. A través de la improvisación musical se abren los canales de expresión y se transforman las emociones. Se debe incluir en los hospitales como una terapia complementaria por sus beneficios emocionales, fisiológicos y físicos».

Román Rodríguez es licenciado en Interpretación Musical, especialidad saxofón, y cuenta con un máster en Musicoterapia, que realizó en Ponferrada. Pertenece al grupo de investigación Enfermería y Cultura de los Cuidados de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UA. Gestiona un canal de Youtube sobre salud y música al que incorpora a las melodías sonidos binaurales (en los dos oídos) con dos frecuencias diferente para llegar a un estado más profundo. «Los enmascaro dentro de las melodías y se ha observado que modifican las ondas cerebrales».

Los participantes

En el trabajo participaron 27 pacientes de oncología pediátria del Hospital General de Alicante

Con uno de los menores que participó en el proyecto. DL

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