Sesenta años de camino por la inclusión en León
Asprona abre más puertas. Más de 260 personas abrieron los actos del 60 aniversario de Asprona León este martes con la peregrinación jacobea desde León a La Virgen y el depósito de una piedra a los pies de la Cruz del Ferro en Foncebadón.
El tiempo lo puso difícil, pero no pudo torcer el entusiasmo de una jornada con especial simbolismo para Asprona León. La experiencia de 60 años trabajando con las personas con discapacidad contra viento y marea han hecho callo en la entidad y «fue cuestión de cambiar planes».
Los Mensajeros de Inclusión —más de 200 personas de la entidad y otras 60 del colegio La Anunciata— no pudieron completar las etapas previstas de peregrinaje por el Camino de Santiago, pero sí el espíritu de convivencia y el simbolismo de la actividad que celebran por sexto año.
Pudieron hacer la primera etapa prevista, desde San Marcos, en la capital, a La Virgen del Camino y la última, con la llegada a Foncebadón para depositar una piedra muy especial en la Cruz del Ferro.
Asprona León inició los actos del 60 aniversario que celebra este año abriendo las puertas del Camino de Santiago a la inclusión, que es lo que ha hecho en las últimas seis décadas con la discapacidad intelectual en León. «Llevamos sesenta años abriendo puertas», señaló el gerente Pedro Barrio.
En la salida de San Marcos contaron con el apoyo del delegado de la Junta, Eduardo Diego, el gerente territorial Servicios Sociales, Juan Antonio Orozco, y la jefa de área de Acción Social de la Gerencia, Beatriz González Barrio.
Al llegar a La Virgen del Camino fueron recibidos por el alcalde, David Álvarez, y plantaron tres árboles que «crecerán y darán sombra a los caminantes» bajo el espíritu de la inclusión. En el entorno de las piscinas de esta localidad, en plena ruta jacobea, se colocó una placa con el mensaje de la marcha: Mensajeros de inclusión.
Con esta acción se pretende dejar la huella de las personas con discapacidad intelectual en el Camino de Santiago en colaboración con escolares de La Anunciata. «Desde hace seis años hacemos esta caminata con La Anunciata, generalmente de Lugo a Santiago, durante una semana», explica Asprona León. La colaboración con La Anunciata surgió de una serie de visitas e intercambios entre la entidad y el colegio que han hecho crecer el vínculo.
«Educar en la inclusión desde la infancia es fundamental para crear una sociedad más solidaria para el futuro. Estos niños y niñas van a velar porque el diferente sea incluido porque para ellos es lo normal», apunta Pedro Barrio. Como los árboles que plantaron en La Virgen, los niños y niñas «crecerán y darán sombra» a las personas con discapacidad intelectual para que puedan continuar el camino.
Asprona León se ha propuesto mejorar el camino de la inclusión de las personas con discapacidad en la sociedad. Y también tiene propuestas para que el Camino de Santiago sea más accesible para las personas con discapacidad intelectual. «Sería muy interesante abordarlo y poner una señalética más adecuada con cartelería en lectura fácil», subraya la entidad.
Esta medida «no sólo beneficiaría a las personas con discapacidad intelectual sino a todos los peregrinos y en particular a los extranjeros pues es muy fácil de entender para todo el mundo incluso personas que no conocen nuestro idioma», añade.
Asprona León fue fundada en 1964 por un grupo de familiares preocupado por el futuro de sus hijos e hijas con discapacidad intelectual. Las marchas de Asprona, a las que se sumaba la sociedad, han sido durante todos estos años un referente de la inclusión que ha ido avanzando con el tiempo, los cambios legislativos y el cambio de mentalidad de una sociedad que ya no mira para otro lado.
Borja, músico y usuario de Asprona en talleres ocupacionales y vivienda tutelada desde los 18 años, cumplió su sueño de depositar la piedra de la inclusión de Asprona León a los pies de la Cruz del Ferro en Foncebadón. En este lugar emblemático del Camino de Santiago, que marca el paso de León y El Bierzo, quedó la huella de la entidad con el diseño que preparó para la ocasión Alexandru Ochoa, el trébol que simboliza la inclusión y unas puertas abiertas de un edificio inspirado en la Catedral que representa que «seguimos abriendo las puertas de la inclusión».