Las ovejas trashumantes, en la cuna leonesa de los pastores
El rebaño de Huertas de Ánimas atravesó Prioro en su penúltima jornada antes de llegar a Valverde de la Sierra
El rebaño trashumante que viene a pie desde Huertas de Ánimas (Trujillo, Cáceres) atravesó este jueves la localidad de Prioro, cuna de motriles y pastores dedicados a la trashumancia desde tiempo inmemorial.
Las 1.500 ovejas de la ganadería de José Manuel Sánchez Miguel devolvieron a Prioro los sonidos de cencerros por el centro del pueblo, después de pasar junto a los imponentes hórreos que se conservan en la localidad.
El rebaño camina desde hace 38 días a lo largo de casi 600 kilómetros de cañadas y cordeles rumbo a Valverde de la Sierra, donde permanecerá hasta mediados de octubre. Es el único rebaño que realiza andando este trayecto con el fin de que las ovejas puedan alimentarse de los pastos de montaña en verano, afrontando la época del estío sin necesidad de recurrir a piensos o escasez de agua por el cambio climático y la alta presión de la ganadería extensiva en la región.
La trashumancia a pie desde Extremadura es una tradición ancestral que tuvo su auge entre la alta edad media y el siglo XIX, con la creación del Real Concejo de la Mesta, una iniciativa del rey Alfonso X El Sabio. Más de tres millones de cabezas de ovejas se movían cada temporada en viajes de ida y vuelta desde los Extremos a León y viceversa.
La trashumancia generó oficios, desde motril, en el que eran iniciados los niños verano, a mayoral pasando por persona, rabadán y otras categorías en el escalafón del gobierno del rebaño. Se considera que este intercambio con fines de sostenibilidad alimentaria para el ganado también es responsable de la biodiversidad que se ha generado a su paso por las cañadas y en los propios puertos de montaña.
Las ovejas protegen los montes de los incendios por su forma de pastar aprovechando todas las hierbas, aunque en las zonas donde la maleza se ha apoderado del paisaje por falta de pastoreo es necesario hacer limpiezas previas.
La trashumancia ha sido reconocida como Patrimonio Mundial de la Humanidad de la Unesco el año pasado, después de alcanzar la misma consideración en España.