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Lo que contamina un quirófano

Una operación de rodilla produce nueve kilos de residuos y una de cataratas llega a generar el C02 de un coche que recorre 500 kilómetros

Un quirófano de Barcelona donde se realiza un trasplante.

Publicado por
José Antonio Guerrero
Madrid

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Jeringuillas, vías de plástico, tubos de aspiración, envoltorios, el humo que desprende la electrocirugía al cortar tejidos, los gases anestésicos que liberan dióxido de carbono (CO2), el derroche de agua en el lavado de manos... pasar por el quirófano conlleva un coste para el medio ambiente. La sanidad cura y evita muertes, pero también genera importantes residuos.

Una intervención quirúrgica produce casi 20 kilos de desechos; una operación de prótesis de rodilla genera nueve kilos de residuos, de los cuales casi la mitad tienen riesgo biológico y requieren un tratamiento de alto consumo energético para su eliminación; y una de cataratas le cuesta un ojo al ecosistema ya que puede liberar cerca de 182 kilos de CO2, el equivalente a lo que contamina un coche que recorre 506 kilómetros. Por no hablar del volumen de agua que se derrocha en los lavados de manos y en otras actividades quirúrgicas: 38.500 litros al mes.

El cirujano José Antonio Rodríguez Montes (Málaga, 79 años), miembro de la Real Academia de Medicina y catedrático emérito de Cirugía de la Universidad Autónoma de Madrid, ha dado a conocer estos datos (todos ellos documentados) durante la sesión científica ‘El impacto medioambiental de la cirugía’ que impartió la semana pasada en la sede de la Academia. Lo hizo con idea de abordar un asunto al que no se suele prestar demasiada atención: la basura que produce la práctica sanitaria en los hospitales.

«Un hospital siempre generará residuos, pero su impacto medioambiental es diferente si la actividad se ejerce en una consulta o un quirófano. No se trata de reducir la actividad, sino de gestionar mejor sus costes», apunta Rodríguez Montes, que también fue jefe del Servicio de Cirugía General de La Paz.

Según el doctor, un hospital de 100 camas origina una media de 150 a 300 kilos de residuos por día. Entre el 75% y el 90% son similares a los comunes, pero el resto se catalogan como biológicos y un 5% se consideran peligrosos dada su naturaleza patógena. Hasta un 33% de los residuos biológicos incinerados se generan en el quirófano, cuyo día a día tiene un notable impacto ambiental.

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