OBITUARIO
Muere el científico leonés Guillermo Suárez
Tras una prolífera carrera investigadora y docente, actualmente era el miembro fundador más antiguo de la Academia de Ciencias Veterinarias de Castilla y León
El día se despertó con la triste noticia del fallecimiento en Madrid de Guillermo Suárez, veterinario, además de biólogo y farmacéutico. Profundamente leonés, había nacido en Sena de Luna, su lugar de reposo veraniego en los últimos años, a la sombra de la casa de alguna de sus dos hijas, Mónica y Marta.
Guillermo Suárez cursó estudios de Veterinaria en la Facultad de León a la que dedicó muchos años de su vida. En sus primeros años ejerció diversos puestos de trabajo en servicios públicos dependientes del Ayuntamiento y pequeñas industrias del alfoz, sin despegarse de la docencia e investigación en Microbiología e Inmunología, como Profesor Adjunto del catedrático Santos Ovejero del Agua, del que fue su discípulo más genuino. Fue esta actividad por la que se decidió después definitivamente, abandonando su relación con una de las industrias del sector lácteo más importantes de la provincia.
Especializado en el campo de la Microbiología realizó estancias en la Universidad de Cornell, en Nueva York y más tarde en el Reino Unido. Fue Profesor Agregado a la cátedra correspondiente de la Facultad de Veterinaria de Zaragoza, pasando después como catedrático y decano a la de Farmacia de la Universidad de Barcelona y desde allí a la de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid en la que fue también decano y donde permaneció hasta su jubilación, generando en ella una de las escuelas más prolíficas e interesantes de profesores e investigadores en el ámbito de la Sanidad Animal, con catedráticos y profesores titulares distribuidos en numerosas universidades y centros de investigación, entre los que nos contamos.
Guillermo Suárez era, actualmente, el miembro fundador más antiguo de la Academia de Ciencias Veterinarias de Castilla y León, cuya pérdida lamentamos profundamente, pero su pertenencia a Reales Academias, como la de Medicina, Ciencias Veterinarias o Doctores, trascendían del ámbito autonómico y le habían convertido desde hace años en una figura señera y una referencia conocida e insustituible de la Veterinaria actual. Su carácter leonés, enamorado de su tierra, de sus paisajes y sus deportes autóctonos, como la lucha leonesa, le llevó a recibir numerosas distinciones como la de leonés del año o la de pastor mayor de los montes de Luna. Fue miembro del Jurado de los Premios Príncipe de Asturias durante muchos años. Descanse en paz.
La capilla ardiente está instalada en el tanatorio San Isidro de Madrid y el domingo será el entierro en León.