Diario de León

Publicado por
canto rodado ana gaitero
León

Creado:

Actualizado:

La última vez que fui a París, Joséphine Baker no habitaba aún el Panteón. Ahora, el monumento funerario, tiene que sonar mucho mejor con la memoria de sus canciones. Es posible que se puedan sentir sus pasos entre los grandes de Francia. Macron le concedió el honor en noviembre de 2021. Es la sexta mujer inhumada en el mausoleo situado en el corazón del Barrio Latino. Todas ellas, excepto la científica Marie Curie, participaron en la resistencia nazi de una u otra forma.

Me detuve frente a la cripta de Simone Veil (1927-2017), superviviente del holocausto que se convirtió en icono del feminismo francés por lograr legalizar el aborto en Francia en 1975. Fue una batalla épica —la rescatan películas como La ley (2015) o, más recientemente, Simone, la mujer del siglo (2022)— pero no la única. Simone Veil logró mejorar un sistema penitenciario inhumano en la época en que las cárceles francesas estaban atestadas de argelinos independentistas, luchó por los servicios médicos rurales y fue la primera mujer en presidir el Parlamento Europeo, entre 1979 y 1982, el primero surgido de las urnas. En resumen, europeísta y patriota, conservadora y progresista en lo social, feminista y defensora de los derechos humanos y de la memoria del holocausto.

Los valores de un tiempo perdido, de un siglo pasado, están enterrados como ella en el Panteón. Francia se enfrenta este domingo a unas elecciones cruciales. La ultraderecha de Marie Le Pen cabalga aunque no tendrá fácil tocar poder. El Frente Popular juega con la ventaja del ‘cordón sanitario’.

Aunque se logren salvar los muebles, el problema va a continuar. El siglo XXI ha matado al ‘padre’, la sociedad poscolonial y la globalización han dejado a un sur depauperado pero conectado a un móvil que le muestra un norte ideal al que quiere llegar para cumplir sus sueños. Europa, gobernada por élites millonarias —acaba de salir uno de Downing Street— y cada vez más despojada del estado de bienestar, trata de poner puertas al campo.

El renacimiento de la ultraderecha tiene que ver con el malestar de una población, la clasemediana, a la que la política tradicional de izquierdas y derechas ha dejado huérfana porque, al fin y al cabo, izquierdas y derechas responden al mismo patrón. Como dice el escritor francés más popular Michel Houellebeq, hay una fractura entre las élites y el pueblo. «Desde que vivo en el campo me doy cuenta... Han abandonado una parte del país y esta es la parte del país que se rebela en este momento», afirma en El País.

El problema no lo van a resolver esta noche las urnas en Francia. Hace falta una Europa que se rearme de política sin complejos. Y una izquierda que afronte el reto de las migraciones con honestidad. Que sea feminista de verdad. Es apostar por la humanidad o aceptar la destrucción.

El problema del auge de la ultraderecha en Francia se va a solucionar si Le Pen no logra el poder?

La frase

Francia, como Europa, ha enterrado sus grandes valores en un panteón como están los insignes franceses que los representan en el Panteón de París
tracking