El eslabón perdido de los agujeros negros
Astrónomos del Instituto Max Planck hallan en el centro de Omega Centauri un núcleo supermasivo de tamaño intermedio hasta ahora desconocido
El agujero negro masivo más cercano a la Tierra está en Omega Centauri, un conjunto galáctico de unos diez millones de astros que se puede ver a simple vista desde el sur del planeta, como una mancha de luces en la noche, en la que es «imposible» distinguir las estrellas individuales.
Los astrónomos del Instituto Max Planck han detectado que en su centro está una formación en una «etapa intermedia de evolución», entre los «supermasivos» y los «estelares», aseguró Maximilian Häberle, que dirigió el estudio.
Los primeros pesan entre una y varias docenas de masas solares y los segundos, «entre millones y miles de millones de soles».
«Nuestra imagen actual de la evolución de las galaxias postula que las primeras deberían haber tenido agujeros negros centrales de tamaño intermedio, que habrían crecido con el tiempo a medida que evolucionaron, engullendo a otras más pequeñas, como lo hizo nuestra Vía Láctea, o fusionándose con galaxias más grandes», indican los autores de Estrellas que se mueven rápidamente alrededor de un agujero negro de masa intermedia en Omega Centauri.
Los agujeros negros de tamaño intermedio, como el que se acaba de descubrir frente a nuestros ojos, son difíciles de encontrar. Está a unos 18.000 millones de años luz, unos 9.000 millones más cerca del que se creía más próximo hasta ahora. «Omega Centauri parece ser el núcleo de una pequeña galaxia separada, cuya evolución se vio truncada cuando la Vía Láctea se la tragó», sostiene el artículo publicado este miércoles en ‘Nature’.
Hasta ahora no se había detectado una galaxia pequeña con su agujero negro central. Era «extremadamente desafiante», dicen los astrónomos.
Con este reciente descubrimiento se «vislumbra el eslabón perdido entre los primeros agujeros negros de baja masa y los posteriores agujeros negros supermasivos».