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De hallazgo fortuito a filón paleontológico

El Cerro de los Batallones, en Torrejón de Velasco, se convierte en un yacimiento de relevancia internacional

Uno de los yacimientos del Cerro de los Batallones. RAÚL CASADO

Publicado por
Raúl Casado
León

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Fue un hallazgo fortuito, ocurrido hace más de treinta años cuando una empresa buscaba un mineral de uso industrial, pero los yacimientos del Cerro de los Batallones, en Madrid, se han convertido en un filón para la investigación paleontológica y en un referente mundial por la cantidad y calidad de restos fósiles que están aflorando.

Los descubrimientos que se han sucedido durante las últimas décadas en estos yacimientos localizados en la localidad madrileña de Torrejón de Velasco han permitido reconstruir el medio natural de esta zona hace unos 10 millones de años (durante el Mioceno superior), cuando el paisaje era muy diferente al actual e incluía grandes cavidades donde se acumulaba agua dulce, y en cuyos alrededores se desarrolló una rica fauna de vertebrados.

Allí vivieron los populares félidos conocidos como «dientes de sable», hienas primitivas, «perros-oso», felinos pequeños, mastodontes, rinocerontes, jirafas de cuello corto, grandes tortugas terrestres y hasta especies emparentadas con el panda rojo; pero también numerosas aves, varios tipos de roedores o anfibios, y algunos de los animales que se han encontrado, descrito y caracterizado en Batallones son nuevos para la ciencia.

Una variedad y una diversidad que los investigadores responsables del complejo paleontológico justifican en un contexto climático y ambiental muy diferente al actual, caracterizado por un clima más cálido y que propició la existencia de extensas masas boscosas entre las que se desarrollaron praderas arboladas, un rico hábitat capaz de soportar la presencia de grandes y numerosos herbívoros.

Los directores de los yacimientos, Manuel Salesa y Pablo Peláez (investigadores del Departamento de Paleobiología del Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC) han mostrado a EFE las excavaciones que se están realizando y los minuciosos trabajos para extraer los fósiles, y han destapado algunos de los restos que demuestran por qué el Cerro de los Batallones es uno de los lugares más interesantes del mundo para conocer el Mioceno superior y caracterizar la biodiversidad que había hace casi 10 millones de años.

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