Un Camino de Santiago con salud
El calvario del peregrino. «Se calcula que un 87% de los peregrinos sufre algún tipo de lesión». Un curso de verano de la ULE aborda la prevención y el tratamiento de los daños físicos durante el peregrinaje.
Las universidades de León (ULE) y Miguel Hernández (UMH) de Elche han organizado para este verano una nueva edición del curso de verano titulado ‘La salud en el Camino de Santiago’, que se desarrolla entre los días 4 y 28 de julio.
La iniciativa está dirigida a estudiantes de 3º y 4º curso, graduados y diplomados de Podología, Fisioterapia, Enfermería, Terapia Ocupacional y otras titulaciones de la rama sanitaria, con una parte de docencia teórica impartida en la modalidad online y complementada con formación presencial clínica.
Durante una semana (32 horas) se presta atención y asistencia a peregrinos del Camino de Santiago, en dos albergues de la provincia de León (Ponferrada y Villafranca del Bierzo).
El asesoramiento práctico a los peregrinos sobre las medidas preventivas necesarias durante el peregrinaje del Camino de Santiago, permitirá a los alumnos aplicar los conocimientos propios de su disciplina a la práctica en usuarios reales, al tiempo que podrán organizar y planificar el tratamiento según las características del peregrino y del tipo de lesión, y se fomentará el trabajo interdisciplinar en ciencias de la salud.
El periplo de los peregrinos forma parte del paisaje diario de los leoneses. Por la provincia transcurren más de 200 kilómetros entre las distintas variantes del Camino de Santiago que pasan por sus tierras. Las lesiones son una afección recurrente en el día a día de los peregrinos. «Se calcula que un 87% de los peregrinos sufre algún tipo de lesión durante la marcha», comenta Bibiana Trevisson, una de las directoras del curso.
«Las lesiones más recurrentes son la presencia de ampollas en el pie y las sobrecargas tendinosas. Los peregrinos no suelen estar acostumbrados a caminar tantas horas y se producen sobrecargas en la musculatura», continúa la profesora adjunta de la ULE.
Existen medidas preventivas para reducir el riesgo de sufrir daños físicos. «La mejor forma de evitar lesiones es acudir a un podólogo que realice un estudio de la pisada y recomiende el calzado más adecuado antes de empezar la marcha. Además, es importante no utilizar calzado nuevo y realizar una preparación previa donde se salga a caminar todos los días o se realice un ejercicio físico preparatorio», añade.
Sobre los suministros médicos que deben llevar los peregrinos en la mochila, destaca que «lo principal es llevar antisépticos como Betadine o similar y tiritas. También es importante llevar productos para aliviar y prevenir las picaduras, crema solar y un cortauñas o tijeras».
Entre los contenidos que integran la parte teórica del curso se encuentra la importancia de la dieta en el Camino de Santiago, algunas de las afecciones más frecuentes como la hipoglucemia, la hipotensión, los traumatismos, las picaduras, el tratamiento básico de lesiones ‘ampollosas’ y hematomas en el pie, etcétera.
Se ofertaron 35 plazas y desde la dirección del curso se apunta que los participantes tienen ocasión de fomentar y potenciar el desarrollo personal, académico y profesional, al tiempo que refuerzan la capacidad de aplicar los conocimientos propios de su disciplina a la práctica en usuarios reales.
El precio de la matrícula fue de 150 euros, cantidad que se redujo a 30 para estudiantes universitarios.
La asistencia a peregrinos que sufran lesiones se realiza en los albergues de San Nicolás Flue en Ponferrada y el Ave Fénix en Villafranca del Bierzo del 8 al 27 de julio de 4 a 8 de la tarde, excepto los domingos que no se prestará este servicio que ofrece el curso de verano.