Diario de León

La travesía de los titos de Corbillos por el Atlántico

Los bailes tradicionales leoneses hacen un viaje de vuelta en la ‘maleta’ de Sofía Salafranca, que enseñará el folclore más puro de la ‘madre patria’ al cuadro de baile de la Agrupación Leonesa de México.

Sofía, directora de la agrupación de bailes de la Casa de León en México, perfecciona bailes del folclore leonés en el Museo de la Emigración Leonesa.

Sofía, directora de la agrupación de bailes de la Casa de León en México, perfecciona bailes del folclore leonés en el Museo de la Emigración Leonesa.

León

Creado:

Actualizado:

Los titos, jotas y corridos de boda de León han cruzado de nuevo el Atlántico. El folclore leonés que conserva con esmero la Agrupación Leonesa de México en su sede de Campos Elíseos retorna de la mano de la directora de su cuadro artístico tras un curso intensivo en León con los grupos La Barbacana y Trancare.

El Museo de la Emigración Leonesa de la Fundación Cepa González Díez fue el escenario improvisado de una clase magistral que Sofía Calafranca lleva enlatada en vídeos y memorizada en su mente para mostrar a los dos grupos de baile que dirige en la que también es Castilla y León en México. «Quiero que cuando monte un baile sea lo más fehaciente posible», apunta.

Hija de gallega y madrileño emigrantes en México, aprovechó un viaje personal a Europa para acercarse a León (también estuvo en Valladolid) para empaparse de su tradición. «Ha aprendido con una facilidad asombrosa» los pasos «nada fáciles» de los Titos de Corbillos o los Titos del Mandilín, como señala Irene Rodríguez, su joven ‘maestra’, y otros bailes tradicionales como la jota de Leiteriegos, la jota de la Lucía o la de San Roque.

El corrido de bodas de Santa Marina y la jota de la perra de la tía Isabel son otros de los bailes tradicionales de la tierrina que mostrará a los grupos infantil y juvenil que dirige en la Agrupación Leonesa de México. «Quería tener unas bases de la tradición de León y me he encontrado con gente impecable que tienen garantizado que nunca se perderá la tradición», comenta Calafranca entusiasmada con la acogida.

En hora y media aprendió seis tipos de baile diferentes al son de la música de La Barbacana, un grupo radicado en Villoria de Órbigo con casi medio centenar de integrantes que se ha convertido en santo y seña de la tradición leonesa con el festival de Veguellina, que este año celebra el 24 de agosto. «Me lo enseñaron de forma nítida y clara», comenta la directora artística. Los sones salieron a la calle y animaron a muchos curiosos a disfrutar del espectáculo espontáneo en el Museo de la Emigración.

La esencia de La Barbacana llega a México para renovar la tradición en una casa histórica que tiene su sede en los Campos Elíseos de la capital. Calafranca transmitirá su aprendizaje a leoneses que no han pisado León pero sienten un amor por sus raíces transmitido de generación en generación. «Quiero que cada paso que bailen sirva para recordar a sus ancestros», subraya. .

El patio del Museo de la Emigración Leonesa fue escenario del encuentro.fernando otero

La directora del cuadro de baile se quedó prendada de «cómo se desenvuelven» en el estilo leonés, de las diferencias entre las jotas de cada pueblo y, especialmente, de que «hombres y mujeres bailan al mismo nivel». «Nadie aparenta más que nadie», señaló al recordar que en la versión mexicana «dan más brincos» y «los hombres van un poco más altos». Hasta los movimientos de las castañañuelas «los hacen igual».

«La Agrupación Leonesa de México es un baluarte para conservar nuestra tradición allí», señala Nuria Alonso, directora del Museo de la Emigración y Cepa. Que niños y niñas de tercera o incluso cuarta o quinta generación de emigrantes sigan bailando con la ilusión de sus abuelos y tatarabuelos de cuando hicieron la primera romería de La Virgen del Camino, tras fundar la casa en 1941, «es algo extraordinario».

La directora del cuadro artístico quiere contribuir a que esas raíces lejanas en la distancia y en el tiempo circulen «en sus venas» y «cada vez quieran conocerlas más para seguir con las tradiciones», apunta. La nueva directora del cuadro artístico se marchó «enamoradísima de León y de toda la gente que la ayudó. Estaremos encantados de volver a recibirla», apostilla Nuria Alonso.

«Estoy feliz de sentir esa parte leonesa despertando en mí», comentó tras la primera sesión con La Barbacana y mientras paseaba por León en busca de tesoros para su maleta. Sofía Calafranca es psicóloga de formación, pero desde bien pequeña empezó a bailar con el grupo gallega —los orígenes maternos han estado muy presentes en la familia formada en México— y se convirtió en una de las instructoras más conocidas de las casas regionales.

Hace cinco años dejó esta faceta hasta que un día, recientemente, le sorprendió Pedro Díez, presidente de la Agrupación Leonesa de México, al ofrecerle el puesto de directora del cuadro artístico. Dos grupos, uno infantil y otro de adultos, muy jóvenes, ensayan todo el año para la gran gala del Palacio de Bellas Artes de México. Con la recaudación de las entradas financian el Sanatorio Español, que se mantiene como un asilo de beneficencia de referencia para la emigración.

En el auditorio que recibe a los artistas nacionales e internacionales más importantes, la Agrupación Leonesa de México se enorgullece de llevar cada año sus raíces en la exhibición de bailes tradicionales. «Es muy poderoso y te llena el alma que lo estás montando y representa a España en otro país suba a este escenario», explica la directora y bailarina.

Los músicos de La Barbacana pusieron la nota a la danza.fernando otero

Además del baile, que practicó intensamente con Cundi Fernández, del grupo Trancare, en otra sesión, Sofía Calafranca llenó su maleta con castañuelas, cintas y pañuelos para ella y para los miembros del grupo y pudo conocer los templos del comercio leonés en el que se surten las personas que practican el folclore como Almacenes San Froilán y la Casa del Labrador, donde adquirió los zapatos de baile. Ángeles González,

Ángeles González, presidenta de la Asociación de Festejos y Cultura Tradicional García I, que cada septiembre organiza la romería de La Melonera en la plaza del Grano, fue su cicerone y el enlace con los grupos folclóricos. «Se trataba de enseñarle lo más básico y aprendió todo. Es un terremoto. A la tercera lo bailaba todo», asegura.

Y de ‘templos’ al santuario por excelencia. La visita a La Virgen del Camino no podía faltar. «Ella misma condujo el coche que había alquilado, muy sorprendida también de cómo se circula aquí, respetando pasos de peatones, cosa que en su país no hace nadie», comenta.

Sofía Calafranca ya está de vuelta en México, pero quienes la conocieron en León están seguros de que volverá y cumplirá su mayor deseo, que es traer a León a los niños del cuadro de baile para que vean en vivo y en directo cómo se conserva la tradición. A ver si en La Melonera de 2025 se hace realidad.

Memoria en la danza

«Quiero que cada paso de baile que den mis alumnos sirva para recordar a sus ancestros»
tracking