Alonso Ponga: «En Calabria mantienen tradiciones muy parecidas a las nuestras»

José Luis Alonso Ponga, el antropólogo leonés, de Alcuetas, que ha desarrollado su carrera profesional en la UVA, a la que sigue vinculado como colaborador honorífico de la Cátedra de Estudios de la Tradición, acaba de ser reconocido con el premio internacional Gente di Mare.

En la cuarta edición de este galardón, estudiosos de la provincia de Vibo Valentia y los ayuntamientos del ‘angilotato’ han elegido a este leonés por u admiración hacia Calabria (Serra San Bruno, Maierato, Francavilla, Filadelfia, Monterosso y Pizzo en la comarca del Angitolano) y sus tradiciones, especialmente por la Semana Santa calabresa y los lenguajes rituales de los iconos votivos de ésta».

Además, ha pesado su formación humanística en la Universidad Pontificia Santo Tomas de Aquino, ‘Angelicum’ de Roma, ampliada en el Pontificio Istituto di Archaeologia Sacra, además de su trayectoria en la Universidad de Valladolid, en la que fue profesor hasta su jubilación en 2022. «Desde su puesto en esta universidad ha realizado una importante labor de investigación, publicación y difusión de las tradiciones populares, especialmente sobre la religiosidad popular y los ritos de la Semana Santa», destacó ranco Torchia, presidente del Centro di Cultura e Tradizioni Popolari, quien junto al profesor Giuseppe Cinquegana, antrópologo y docente universitario dirigió la ceremonia.

«He estado muy en contacto con los pueblos de Calabria, donde todavía mantienen tradiciones bastante parecidas a las nuestras», comenta Alonso Ponga a su regreso a España tras la ceremonia de entrega el 20 de julio en Francavilla Angitola.

El antropólogo leonés señala que en la región perviven muchos ritos desde la época griega, pero es en la Semana Santa donde ha encontrado más simulitudes con la española. «Ellos dicen que se debe a la dominación (de la corona de Aragón) pero yo creo que es debido a las raíces comunes con órdenes religiosas». Alonso Ponga relata la anécdota de un jesuita que escribe al general de la orden y le reprueba que estén enviando misioneros a América. «A las Indias de aquí abajo es donde hay que mandar misioneros», insiste el fraile. En Calabria ha visto «procesiones con esculturas tan buenas como las nuestras».

Rituales como el ‘Encuentro’, que allí llaman la ‘Cumpronta’ participan de la misma escenificación que en muchas procesiones leonesas de Viernes Santo. «Participan la Virgen y el Resucitado y también el Sanjuanín, como en León, que en un momento se despista y va corriendo a avisar a la Virgen de que Cristo ha resucitado».

Los Monumentos —que por aquí se hacen en Jueves Santo— tienen allí la peculiaridad de que incorporan trigo recién nacido que siembran a principios de Cuaresma en un lugar oscuro.

«No voy a ocultar que me ha hecho ilusión porque es ya una amistad y además es la primera vez que dan el premio a alguien que no es calabrés de origen», apostilla. En la región, que sufrió una gran emigración después de la IIª Guerra Mundial, tienen un fuerte sentido de la identidad y muchas personas célebres siguen vinculadas a sus raíces y tienen a gala, como el tenor Amerigo Marino, que amenizó la ceremonia, «llevar la cultura por todos los países donde haya italianos».

Al día siguiente de recibir la escultura de bronce de Michele Zappino pudo contemplar el ritual del desembarco de San Francesco de Paula, patrón de Calabria y los marineros, que se realiza en estas fechas por la afluencia de emigrantes. Para mantener las tradiciones, señala Ponga, «tienen la ventaja de que el dinero, si no lo tienen, lo consiguen. Tienen un importante estatuto como región y además los emigrantes aportan». «Lo que nosotros podríamos recoger como símbolo es romper la individualidad de los pueblos». El antropólogo continúa las investigaciones en Calabria. Ahora estudia las máscaras apotropaicas que usan en la arquitectura popular, en las claves de los arcos, posiblemente con intenciones de protección.