Diario de León

Manrique Huergo, médico: «Se debería incluir el cortisol en las analíticas corrientes»

El médico Manrique Tranca en Astorga con el libro que acaba de publicar desmontando el relato de la obesidad. TRANCA

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«La obesidad no es una enfermedad ni una pandemia». El médico de familia Manrique Huergo, asturiano afincado en Astorga desde hace más de tres décadas, y muy conocido como facultativo que fue del Atlético Astorga, acaba de publicar el libro Obesidad. Ni enfermedad ni pandemia. Dieta por decreto (editorial La Crítica) que presentó en Astorga acompañado por el editor y el escritor Juan María García Campal. Está jubilado de Sacyl pero sigue en activo como facultativo en una residencia de mayores de Cacabelos.

—¿Qué le decidió a escribir sobre la obesidad?

—Estaba pendiente de este tema por mi profesión. Pero lo que me motivó no fue el problema de los grandes obesos, sino esas personas que el índice de masa corporal declara obesas por 200 gramos —pasas de sobrepeso a ser obeso— unido al bombardeo que existe sobre las múltiples enfermedades que vas a tener por ello. Me despertó la curiosidad y pensé qué interés habría en todo esto.

—¿En qué se fundamenta para decir que no es ni enfermedad ni pandemia?

—Para mí la obesidad es una declaración de una situación ponderal. Lo mismo que si dices delgado o gordo u obesidad. Para mí no es una enfermedad, ni mucho menos una pandemia. Desde el covid, todo el mundo sabe lo que es una pandemia. Nadie se contagia de obesidad. Mi sospecha es que detrás de ese alarmismo hay una serie de intereses, que a mí me sobrepasan.

—¿Qué intereses?

—Pueden ser desde temas ambientales hasta guerras o todo tipo de acontecimientos que pueden perjudicar al individuo y se aprovechan para culpar a la obesidad.

—¿Qué ha descubierto?

—El libro se mete en el mundillo de la medicina y el que hay alrededor de la obesidad. Por qué se llega a esta situación en la que todo el mundo está preocupado porque hay unos kilos de más.

—O por el colesterol.

—También hay un capítulo que se titula Medicina, no todo es tan simple en el que se habla del colesterol, de la tensión de la diabetes y hasta de los medicamentos que se compran en la farmacia. Me refiero a cosas que se dicen como que todas las cardiopatías son por el colesterol y la verdad es que no. Muchos accidentes cardíacos que son causados por el estrés y por muchos problemas que hay en la vida cotidiana.

—Ahora se habla mucho del cortisol.

—Sí, el cortisol ahora mismo es el protagonista porque afecta al sistema nervioso central y fundamentalmente es el causante de la obesidad.

—¿De la obesidad?

—Sí, uno de los factores protagonistas de la obesidad.

—¿Por qué?

—Por el estrés.

—¿Qué es exactamente el cortisol?

—Es una hormona que te aumenta cuando hay una situación de alarma.

—O sea, que la puede tener todo el mundo por las nubes.

—Casi todos. Sería conveniente que la Seguridad Social lo pusiera en las analíticas corrientes, pero... con la iglesia hemos topado.

—¿Por qué?

—Porque cuesta dinero.

—¿Es muy cara la prueba?

—No lo sé. Pero aquí se analiza lo justo.

—¿Cuál es entonces la problemática de la obesidad?

—La obesidad tiene dos orígenes. El primero comer demasiado y hacer poco ejercicio. Es decir comer más de lo que se gasta y entonces ya no es enfermedad, porque depende del individuo. Y por otro lado, puede haber trastornos metabólicos que la están provocando y es lo que hay que tratar. Por ejemplo, puede ser un trastorno del tiroides.

—¿Usted recomienda alguna dieta?

—La dieta la sabemos todos desde hace mucho tiempo. Es una dieta equilibrada, con unos porcentajes de hidratos de carbono (55-60%), grasas (30-35%) y proteínas (15%). Y, claro, no abusando de ningún elemento concreto y evitar los alimentos con exceso de azúcar y grasas saturadas.

—Trabaja aún con personas mayores. ¿Tiene alguna relación la longevidad con no estar obeso?

—La longevidad yo creo que no tiene demasiado que ver con una alimentación sana o una dieta saludable. Depende más del discurrir de la vida del individuo y de factores genéticos. Si miras a esas zonas azules donde hay personas de cien años o más y miras lo que comieron, algunos comían miel a calderos. En lo que más se puede incidir en la alimentación de los mayores es su repercusión en el aparato muscular y los huesos. Si no comes una dieta saludable con suficientes proteínas, vas a caer en un estado de sarcopenia o pérdida muscular. Y si la dieta te causa acidosis metabólica, que es un desequilibrio electrolítico en el organismo, necesitas de aportar calcio y el calcio el organismo lo saca del hueso. Luego viene la osteoporosis, las fracturas de cadera.

—¿Desde que edad hay que prestar atención a estos cuidados?

—A partir de la jubilación. En ese periodo que se pierde la actividad profesional, decae la actividad, haces menos ejercicio y la pérdida de masa muscular es evidente.

Igual que la delgadez

«La obesidad ni es una enfermedad ni es una pandemia. Es una situación ponderal»

—Fue a raíz de la propuesta de un dirigente de que en los menús no se ofreciera ni vino ni cerveza. Eso es dieta por decreto. Pero también la obsesión que hay con decirle a la gente que puedes comer esto y no puedes comer lo otro. Un claro ejemplo es lo que está pasando con la carne, que se intenta que se consuma menos porque los animales lanzan gases a la atmósfera y se produce el calentamiento global.

—¿Es partidario de la carne?

—En su medida. No puedes pegarte un atracón de nada. Pero esas cosas que dicen de que no se puede comer más que 500 gramos a la semana tienen que ver con ese interés de que no se tiren gases a la atmósfera.

La edad crítica

«Tras la jubilación hay que cuidar la dieta saludable con proteína para evitar pérdida muscular»

—Pero también hay problemas de contaminación de los alimentos.

—Se utilizan muchos pesticidas y plaguicidas y, al igual que la contaminación, tienen efectos en el individuo. No podemos echar toda la culpa a la obesidad.

—¿Qué mitos desmonta?

—En este libro he tratado de ver cuánto de verdad existe en todo lo que se ha montado con la obesidad. Decirle a la gente que esté tranquila y no se deje llevar por todo lo que se recomienda. Por ejemplo, las nueces, que se dice que hasta sirven para adelgazar. O que los frutos secos lo solucionan todo.

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