¿Qué ocurriría si uno de los países más desarrollados de Europa queda sumergido?
Los Países Bajos, antes denominados Holanda y que deben su nombre a la escasa altura de su territorio, una cuarta parte del cual está por debajo del nivel del mar, mantienen una guerra permanente contra las aguas, que lo inundarían si no fuera por las infraestructuras que se han construido para impedirlo. Un estudio vaticina como evolucionará esa larga lucha en el futuro
Los Países Bajos (‘Nederland’ en neerlandés, que significa ‘Tierras bajas’) situados en el noroeste europeo, tienen una cuarta parte de su superficie por debajo del mar mientra que otra porción considerable de su territorio se encuentra a menos de un metro por encima de dicho nivel, lo que lo expone a las inundaciones provocadas por el Mar del Norte.
Para adaptarse a esta situación, este país notablemente bajo y plano, con grandes extensiones de lagos, ríos y canales, ha construido y puesto en marcha a lo largo de los últimos siglos una serie de obras de infraestructura e ingeniería y distintas soluciones arquitectónicas, destinadas a ganarle terreno a las aguas, protegerse de sus arremetidas y convivir con ellas.
Los Países Bajos mantienen a raya las crecidas del mar y las inundaciones por medio de una compleja red de diques fijos y móviles, canales, sistemas de drenaje, puentes, barreras contra las tormentas, construcciones para redirigir las aguas, edificaciones sobre pilotes de hormigón de gran altura, estaciones de bombeo y tierras ganadas al mar (‘pólderes’), según distintas fuentes.
Por otra parte, en ese estado europeo también se diseñan y construyen otras obras y edificaciones encaminadas a ’convivir’ con las aguas, desde parques, granjas y fábricas y zonas lúdicas, asentadas sobre plataformas flotantes junto a zonas costeras, hasta ‘casas anfibias’ que se asientan sobre una cimentación en suelo firme pero capaces de flotar si hay crecidas.
La antigua Holanda, bajo el agua.
Pero ¿qué pasaría si a pesar de todo, los Países Bajos acabaran bajo el agua?, perdiendo su prolongada guerra contra los embates y avances acuáticos, al chocar con la inevitabilidad de retos como el cambio climático global o los cambios demográficos?
¿Podría marcar el actual siglo XXI el fin de este estado europeo? ¿O por el contrario podrían surgir nuevas soluciones medioambientales, arquitectónicas, constructivas y tecnológicas, cada vez más radicales necesariamente, que condujeran al país incluso a través de los escenarios más extremos posibles?
Estas son algunas de las preguntas que se abordan en el informe ‘WHAT-IF: Nederland 2100, en la que tres estudios de urbanismo y diseño paisajístico –MVRDV, IMOSS y Feddes/Olthof– analizan las difíciles decisiones que probablemente deberá afrontar el país en el próximo siglo XXII.
Este estudio, que tiene como objetivo hacer que el futuro sea imaginable para un público amplio e indicar los pasos necesarios para alcanzarlo, culmina con visiones que muestran cómo los Países Bajos pueden aprender a vivir con la naturaleza, proporcionar vivienda y calidad de vida, proteger su patrimonio cultural y adaptar su economía a una nueva normalidad.
El informe ‘WHAT-IF: Nederland 2100’ (www.platformontwerp.nl/projecten/what-if-ontwerpen-aan-nederland-2100) investiga el escenario extremo que surgiría del máximo calentamiento global y el crecimiento demográfico previstos, según explican desde el estudio de arquitectura MVRDV (www.mvrdv.com), uno de los autores del trabajo.
Señalan que estos escenarios probablemente requerirán un cambio de enfoque en la gestión del agua, por lo que el informe parte de la base de que en el futuro la sociedad holandesa dejaría de luchar contra la invasión del mar, y “en lugar de fabricar el paisaje para que se adapte al estilo de vida de las personas, como ocurre hoy, los estilos de vida se adapten al paisaje”.
Esta hipótesis ha permitido demostrar que se pueden afrontar incluso las condiciones medioambientales más difíciles, si se toman decisiones audaces con suficiente antelación, aseguran.
El aumento extremo del nivel del mar, combinado con el nuevo enfoque de la gestión del agua, significaría que las partes bajas del oeste de los Países Bajos, que hoy albergan las ciudades más grandes y la mayoría de la población, ya no estarían protegidas del mar, según MVRDV.
De esta manera, el país quedaría inevitablemente dividido entre “ciudades anegadas” en el oeste y las denominadas “ciudades de arena”, más altas y secas, situadas en el este del país.
Ciudades secas.
Según las visiones del futuro que proyecta este informe “las ciudades de arena del este se volverían extremadamente densas y todos los usos de sus tierras serían altamente intensivos", y en contraste con la situación actual, “estas ciudades asumirían la tarea de albergar la mayor parte del crecimiento demográfico y la actividad económica”.
En las ciudades del este, se reurbanizarían las áreas residenciales para lograr la máxima densidad poblacional; se efectuaría una agricultura ‘apilada’ en granjas verticales; y se establecerían cinturones de vegetación alrededor de las áreas urbanas para crear zonas de amortiguación del agua de lluvia y para producción de materiales de base biológica, según MVRDV.
Además, los residentes dispondrían de espacios vegetales utilizables en la parte superior del techo de sus viviendas, según se adelanta.
Ciudades inundadas.
Por su parte, las ciudades anegadas del oeste podrían tomar un camino muy diferente, y allí las inundaciones darían lugar necesariamente a una nueva realidad, según MVRDV.
Para mantener protegidos los edificios patrimoniales importantes, que han sobrevivido bajo el nivel del mar durante siglos, los centros históricos de ciudades como Ámsterdam se rodearían de grandes diques elevados, aunque según esta misma fuente, no parece factible salvar toda la edificación urbana con este método.
A los grandes diques de protección se incorporará una red de transporte interurbano ultramoderna y a gran escala, añaden.
Fuera de los grandes diques, los barrios que se desarrollaron en el período de posguerra deberían adaptarse a una nueva vida en armonía con el agua, según este informe
Para alcanzar ese objetivo haría falta aplicar soluciones innovadoras y radicales, como vaciar sus plantas bajas y construir extensiones en sus tejados, para compensar las partes inundadas de esas viviendas, y conectar los edificios mediante una nueva red de pasarelas a nivel del suelo, según MVRDV.
Más allá de estos barrios, el suelo se destinará sobre todo a la producción de materiales de base biológica y a la preservación de grandes franjas de paisaje natural del delta, sustituyendo a la agricultura y a la industria tradicionales, como sectores dominantes en el uso de las tierras, según adelantan.
“Desplazarse en barcos y otras formas de transporte acuático a pequeña escala será normal en las ciudades anegadas, que se convertirán en pioneras de la resiliencia y la adaptabilidad en armonía con la naturaleza”, según este estudio.
Más allá del contexto específico de ‘WHAT-IF: Nederland 2100’, que está centrado en los Países Bajos, este informe “tiene relevancia para más de 900 millones de personas en el mundo que viven en zonas costeras bajas amenazadas por el aumento del nivel del mar”, concluye MVRDV.