Empezar una vida de cero en León
El hilo de Ariadna que guía a 85 personas refugiadas en León. Miles de refugiados tienen que huir de sus países de origen cada año buscando un nuevo comienzo en un lugar de acogida. El programa AccemAriadna proporciona herramientas para facilitar su inserción sociolaboral en la provincia leonesa.
Gustavo, Fabiola y su hijo Liam tuvieron que huir precipitadamente de Venezuela en mayo de 2023. Después de obtener la protección internacional, Accem se puso en contacto con ellos para ofrecerles ayuda. «Lo primero es ver sus necesidades básicas y sociales, les ofrecemos un programa de acogida con una duración máxima de 18 meses», explica David Fernández, trabajador en Accem León.
El apoyo cuenta con tres fases de desarrollo. Una primera fase de valoración, una segunda de acogida y por último la fase de autonomía. Las distintas etapas les facilitan servicios sociales, jurídicos, psicológicos y un servicio de empleo, que corresponde al programa AccemARIADNA.
Falta de control
El programa proporciona un itinerario individualizado de formación y asesoramiento que les facilita la inserción en el mundo laboral. «Si la persona no es hispanohablante, lo primero que hacemos es trabajar el español, si no es muy complicado que puedan trabajar. Les ofrecemos una formación básica del idioma enfocada a que sea un aprendizaje rápido y práctico para el trabajo», comenta Noelia Díez, trabajadora de Accem León.
Una vez consiguen un nivel A2 de español, se les ofrecen cursos de preformación, donde aprenden conceptos básicos de informática, legislación laboral y cómo elaborar un currículum.
Gracias al programa, Gustavo ha asistido a varios cursos de hostelería y Fabiola a uno de camarera y otro de cocina. En Venezuela ambos habían cursado estudios universitarios, en hostelería y servicio a la hospitalidad y turismo, respectivamente. Pero la homologación de títulos es otra cuestión compleja. «Es complicado porque al final, son personas que han huido de un país y les ponen pegas constantemente cuando solicitan documentos oficiales» comenta Carmen García, prospectora laboral en Accem León.
El objetivo es claro. «Ayudarnos a la inserción al país y que seamos lo más autónomos posible. Es la intención y es lo que más nos ayuda», asegura Gustavo. León no es un lugar que disponga de una amplia oferta formativa. «Aquí tenemos que prospectar mucho porque es difícil. León tiene un mercado muy escaso a la hora de buscar formación», comenta David Fernández.
Los porcentajes de inserción son buenos y gracias a poder optar al mundo laboral, pueden tener una independencia personal y económica. «En 2024 llevamos 85 personas en el programa, de las cuales, 28 ya no están dentro y de ellas, 23 han salido por inserción laboral, lo que representa más de un 80% de éxito. Este año estamos teniendo un porcentaje de inserción altísimo pero depende de cada año», añade Fernández.
Uno de los mayores obstáculos que se les presentan al llegar, es conseguir una cita para solicitar asilo en la Policía Nacional. «Es muy complicado. Entendemos que es también por la cantidad de personas que están llegando», comenta el refugiado venezolano. «Igual que pasa en extranjería, hay mafias que se están dedicando a copar la mayoría de las citas y luego las venden. Eso es un problema que tiene que abordar el ministerio de alguna manera porque pasa lo mismo en renovaciones. Es un problema serio que hay que tratar porque están dando citas para dentro de diez meses o más», argumenta David Fernández. «Nosotros lo hemos vivido porque también nos pasó. Tuvimos que esperar un año para la cita», apostilla Gustavo.
El primer paso es el más difícil. «Nosotros no salimos de Venezuela de una forma planificada, compramos el pasaje unos días antes de irnos. Lo más complicado fue salir. Al principio chocas con un paredón, pero vas conociendo a personas que te ayudan, vas viendo como es todo», añade la pareja solicitante de protección internacional.
A pesar del difícil proceso que supone empezar de cero en otro continente, Gustavo, Fabiola y Liam, han encontrado en León un lugar de acogida donde se sienten acompañados. «Nos sentimos muy a gusto, de manera personal, en el colegio, con la gente del programa, en los talleres. Nos sentimos bien en este proceso, vamos paso a paso», añade Fabiola. «Fue un gran cambio para Liam pero se ha adaptado perfectamente y ya nos sale con expresiones españolas». Liam empezará en septiembre segundo de infantil y asegura tener ya muchos amigos y una profesora a la que adora.