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Avda. Condesa de Sagasta, número 42. OVIDIO PRIETO, 2024

León

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En septiembre de 1970, Claudio Alonso Lombas solicitó licencia para construir este edificio en la Avda. Condesa de Sagasta c/v a Sampiro, según proyecto redactado por Jesús Arroyo Quiñones, cuyas obras ejecutó con Antonio Miguélez como aparejador. Jesús Arroyo ideó una estructura de hormigón sobre un sótano para instalaciones comunes y locales comerciales que también dispuso en planta baja, junto al portal con zona de espera, la garita del portero, cuartos anejos, escalera y dos ascensores. Un primer nivel de oficinas, y siete plantas residenciales por la Condesa y cuatro por Sampiro, debidamente escalonadas, donde encajó 12 viviendas con las zonas «de día», «de noche» y «de servicio» bien diferenciadas, y en lo más alto, un dúplex para el hijo del promotor. Las fachadas en dos órdenes. En la base dos niveles de mampostería concertada, hoy enfoscados.

El bloque de viviendas forrado de plaqueta de ladrillo tono oscuro en aparejo gótico y dinteles a sardinel en vanos con carpintería de aluminio abiertos en cuerpos cerrados y en voladizo provistos de terrazas de esquina protegidas por toldos de lona y barandillas metálicas diseñadas para albergar jardineras modulares tras una banda de chapa… Mientras colaboraba con Javier Carvajal en el Complejo Santo Domingo, Arroyo atendía otros encargos. 

En su Memoria del Proyecto escribió: «dadas las características de la zona donde se proyecta el edificio, se ha pensado en darle la mayor dignidad posible dentro de la correspondiente economía… Los materiales se han elegido teniendo en cuenta su calidad, procurando en todo caso que los mismos se fabriquen en la localidad y pensando siempre que garanticen una vejez decorosa»… Materiales sencillos, estructura de hormigón, basamento pétreo en fachadas de ladrillo bien aparejado, carpinterías de aluminio, amplios huecos y protagonismo de las terrazas en viviendas «de cierto lujo» con ordenada zonificación de funciones… Y el debido anhelo de representatividad… Puro, aunque tardío «Estilo Gutiérrez Soto»… ¡Tan madrileño!