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A quel Régimen que dictaba la España de mi infancia era muy de exaltar la raza. Hasta había un Día de la Raza , el 12 de Octubre, fiesta nacional por todo lo alto para izar el orgullo español y patrio como raza imperial, conquistadora, descubridora, pensadora... y muy superior si se la compara con un indígena caribeño del siglo XV, por ejemplo. En mis aquellos tiempos contaba mucho la raza, aunque hoy son las razas lo que cuenta; seguro que existe un Día Mundial de las Razas, ¿acaso no lo tiene el perro?... En aquellos 50 el fútbol era el analgésico social con su orgullo de sentirse nacional, local o regional, que también se lo trabajó el franquismo: «mis colores de equipo, mis monumentos, mi tierra y mi raza»... Pero en los equipos de fútbol de entonces empezaron a meter extrajeros (¿cuántos tuvo siempre el Barsa?) y el resto tenía plantilla con gentes de todo sitio. Sólo había un equipo que, en cuanto a raza, sí respondía al lugar que le nombraba, el Athletic de Bilbao, todos vascos, la raza euskaldún por delante, ahívalahostia, ¡de Bilbo somos pues!... Y nosotros, ¡viva la raza que dicta el Régimen! Por eso en las escuelas nacionales de El Cid éramos montón los del Athletic, guajes bilbotarras de patio con pelota y no balón bajo dos castaños imponentes. Más montón eran los del Madriz o Barsa, pero era lo fácil y seguro. Además, mayores son las emociones que proporciona un segundón dando sorpresas o tapando bocas. Pero hoy el Athletic tiene dos negros (nacidos vascos) y ya no todos son de allí; el negocio manda y el orgullo lo perdona. Pero más sorpresa se lleva cualquiera viendo que de los 22 componentes de la selección francesa 17 son negros. Y franceses natos. En país tan extremadamente antiinmigrante suenan voces airadas: ¡esta selección no nos representa! Lo napoleónico se les diluye, la raza Astérix no ve pócima en el césped y la esencia nacional se colorea demasiado, pero olvidan que esos negros son mejores al balón porque tuvieron que salir adelante teniendo un atrás de mierda. Hoy el francés blanco es señorito. Y ahora la France es negra... ¿y?...