La juventud española gana en salud mental por las relaciones familiares

«Sabíamos que las relaciones familiares y sociales en los países mediterráneo ayudaban a mantener una buena salud mental, pero la sorpresa con la que nos hemos encontrado es que la juventud española encabeza la lista de Europa en vínculos familiares y relaciones sociales, lo que hace que sean los que tienen más bienestar emocional». Joan Miquel Verd Pericas, sociólogo e investigador principal del estudio Jóvenes, oportunidades y futuro, publicado este lunes por la Fundación La Caixa, asegura que las relaciones con la familia y el contacto con factores importantes para que la juventud tenga una buena salud mental.

Las relaciones personales de los jóvenes con su entorno del Observatorio Social de la Fundación La Caixa, compara la sociabilidad de los jóvenes españoles con la del resto de la Unión Europea (UE) y analiza los factores de desigualdad que agravan el aislamiento social. «La población joven de los países del sur de Europa ha contado tradicionalmente con una fuerte red de relaciones personales y una red familiar importante», destaca Verd Pericas, que asegura a este periódico que aunque la salud mental de la juventud ha empeorado «las relaciones de familia y sociales los mantienen como los jóvenes con más bienestar emocional de Europa».

El estudio utiliza datos de la Encuesta Social Europea en su décima oleada (2020-2022) para comprobar en qué medida la sociabilidad de las personas jóvenes (18-34 años) en España y Portugal se asemeja o no a la del resto de la Unión Europea. «Una mala relación personal con los progenitores o un origen social familiar desfavorecido puede ahondar las desigualdades sociales de partida. Nos ha sorprendido que la juventud española sea la que se declare más próxima a la familia, mucho más que en otros países con la misma cultura como pueden ser Italia o Grecia».

El contacto real con amigos y familiares son un seguro de estabilidad emocional. «Tenemos otro estudio abierto en el que analizamos el tiempo de dedicación a las redes sociales y el contacto directo con otras personas. Estamos analizando el tiempo que la juventud dedica a las relaciones online y las de cara a cara. Los resultados indican que las interacciones tienen que estar compensadas. Tan perjudicial puede ser estar casi todo el tiempo en internet como sólo tener relaciones con la familia, un nivel intermedio de comunicación en cada una de ellos sería lo ideal».

Verd Pericas asegura que también hay diferencias si la población joven analizada viven en una zona urbana o rural. «En las grandes ciudades, por encima de los 100.000 habitantes, el bienestar emocional es menor que en las zonas con menos población. Las personas que dedican más tiempo al contacto por internet tienen peor bienestar emocional».

Salud mental

«Los estudios que se vienen haciendo desde antes de la pandemia, en los años 2017, 2018 y 2019, evidencia que la salud mental de la juventud está empeorando y España no escapa a esa tendencia, sin embargo, comparado con otros países, como demuestra este estudio, está mucho mejor que la del resto de los países europeos. El contacto real con los amigos y la familia es fundamental para que sea así. El aislamiento social y la soledad no deseada están asociados las personas de edad avanzada. Sin embargo, las personas jóvenes se sitúan también entre los grupos de edad que más padecen estas situaciones».

Una mala relación personal con los progenitores o un origen social familiar desfavorecido puede ahondar las desigualdades sociales de partida. «Cuanto más recursos tiene la familia, más apoyados se sienten los jóvenes y manifiestan más bienestar emocional».

El estudio de la Fundación La Caixa destaca que «los países del sur de Europa, como España y Portugal, han sido calificados a menudo como f amilistas , en el sentido de que la red familiar constituye una fuente de recursos más importante que en otros países occidentales. En estos países, la red familiar compensaría la débil provisión estatal de bienestar y proporcionaría los recursos que no se ofrecen de forma institucionalizada por parte del Estado. Asimismo, las relaciones entre las personas jóvenes y sus progenitores suelen ser más intensas y frecuentes, a menudo porque la convivencia en el hogar familiar se alarga mucho más que en otros países ante la falta de alternativas económicamente asequibles que posibiliten la emancipación. La población juvenil se refugia en la familia y los contactos personales son fuentes de apoyo».

Tanto en España como en Portugal, la frecuencia con la que los jóvenes hablan con sus progenitores en persona es mayor que la del conjunto de la UE. «El aislamiento social se da en mayor medida en jóvenes de origen extranjero, con mayor vulnerabilidad económica y en situación de desempleo», asegura el estudio. «La mayor dependencia del entorno familiar debería ser compensada con el desarrollo de actuaciones que permitan a las personas jóvenes —particularmente aquellas con mayor riesgo de aislamiento social— mejorar su nivel de sociabilidad y aumentar sus redes personales».