La miopía infantil se convierte en un problema de salud pública
Del 16 al 20% en ocho años. El abuso de las pantallas y los teléfonos móviles y la reducción del tiempo al aire libre disparan los casos de miopía, un problema que con el aumento de dioptrías puede causar graves problemas visuales.
Cada vez hay más menores con miopía. «Se ha convertido en una epidemia», asegura el jefe del servicio del Hospital de León, Manuel Franco Benito. «Es un problema de salud pública», afirma Miguel Ángel Sánchez, profesor de la Facultad de Óptica y Optometría de la Universidad Complutense de Madrid, coautor junto a Cristina Álvarez Peregrina, del Barómetro de la Miopía en España 2024, que presentará la Fundación Alain Afflelou la próxima semana.
Miguel Ángel Sánchez y Cristina Álvarez investigan la evolución de la miopía en España en menores que tienen entre 5 y 7 años. El dato más relevante es que el número de menores con miopía en este sector de la población infantil ha crecido un 4% en ocho años. En 2016, la miopía afectaba al 16% de los niños y niñas de esta edad y en el último estudio el porcentaje sube casi al 20%. «Con nuestros datos, pensamos que si no hay cambios, en el año 2030 será miope el 30% de la población».
Aunque la miopía tiene también un componente genético, el uso continuado de la tecnología, la visión a corto plazo y el menor tiempo que los niños y las niñas pasan jugando al aire libre, produce un daño en los ojos «que es irreversible».
«En las consultas cada vez vemos más casos de miopía y lo que van a seguir aumentado porque han cambiado los hábitos. Antes los niños jugaban en la calle, a correr, y ahora, aunque estén en el parque, están sentados en un banco con el móvil. Eso en su tiempo libre, a lo que hay que añadir el que están en la escuela, que cada vez utilizan más los dispositivos electrónicos y las pantallas», destaca Franco Benito. «En la calle el foco de visión está en el infinito y con la tecnología ha pasado a 40 cm en un móvil o 70 en un ordenador. El ojo se adapta a una actividad nueva. Igual que cuando corres desarrollas masa muscular, el ojo se adapta y se hace miope. En un adulto tiene menos consecuencias, pero en un menor es muy importante. Me da pavor ver a los niños en las sillitas que van con un móvil viendo una película».
Por su parte, Miguel Ángel Sánchez señala que los menores con antecedentes familiares de miopía «tienen un 40% más de posibilidades de desarrollarla», un porcentaje que aumentará «porque al haber más personas miopes, la herencia también será mayor».
No es una enfermedad
La miopía no es una enfermedad. «La miopía baja no tiene problema, pero si hay más de 6 dioptrias puede haber efectos graves, como problemas maculares, derrames o cataratas», afirma Miguel Ángel Sánchez.
«Si se dispara, se incrementan los problemas serios en el futuro», dice Franco Benito. «En parte, es un peaje que pagamos, como es el caso de la obesidad o la diabetes. Ya no hacemos vida en la calle como antes y además de la tecnología, los niños pasan mucho tiempo en sitios cerrados, sin luz natural. Hay que evitar mirar las pantallas en la oscuridad. La población de Nepal, por ejemplo, no tiene miopía. Países como Corea o China es donde más miopes hay. Se calcula que el 70% de la población joven será miope en los próximos años».
Aunque el confinamiento por la pandemia contribuyó a empeorar la situación, el último barómetro de la Miopía en España 2024 muestra un ligero cambio de tendencia». «Las familias han tomado conciencia y se ha interiorizado que los niños necesitan estar al aire libre y usar menos los dispositivos tecnológicos», afirma Miguel Ángel Sánchez.
La vicedecana de Colegio de Ópticos Optometristas de Castlla y León, Ana Belén Cisneros, recuerda en un comunicado que «no solo es importante detectarla a tiempo para aplicar la corrección necesaria con el uso de gafas o lentillas, sino que su control periódico es fundamental para evitar patologías visuales graves».
Manuel Franco Benito
Miguel Ángel Sánchez