El 18% de las personas que se suicidan acuden a su médico ese mismo día
El equipo de Enfermería Familiar y Comunitaria del centro de salud Antonio Gutiérrez conciencia hoy sobre la necesidad de detectar las señales de alarma
"Tenemos que ser capaces de detectar las señales de alerta y pedir ayuda". La enfermera Familiar y Comunitaria, Marta Martínez, alertó esta mañana de que el 18% de las personas que se suicidan acuden ese mismo día a su médico de familia, según avalan los estudios. "La falta de tiempo nos impide atender y detectar a tiempo las señales de alerta", asegura Martínez, que pidió "no banalizar" ningún motivo de consulta "aunque a nosotros nos puedan parecer irrelevantes" y pone como ejemplo "la baja tolerancia a la frustracción que tienen los adolescentes" y que puede ser un motivo importante que desencadene una autolesión.
"Las tasas que aparecen en los informes, en el INE y en las estadísticas son solo la punta del iceberg, porque hay muchas tentativas que no se contabilizan". Asegura que el abordaje para la prevención del suicidio "es un fenómeno complejo y un problema de salud pública descomunal, por encima de los accidentes de tráfico" por lo que considera que hay un "infrarregistro" de los casos.
Lamentó que haya desaparecido en Castilla y León la red centinela sobre el suicidio y defendió que hablar sobre este problema "de forma correcta" tiene un efecto protector. "Hay que ser prudente y evitar los detalles morbosos porque con ellos podemos hacer mucho daño a las familias".
Para conseguir la implicación de todo el sistema sanitaria pidió "formación de los profesionales y recursos. En este centro de salud tenemos una psicóloga para toda la población a la que atendemos. Nuestros recursos son limitados".
El grupo de Enfermería del centro de salud de Eras de Renueva pide más concienciación a la población en general para "ser capaces de detectar señales de alarma y pedir ayuda" porque el suidicio tiene un efecto de dolor multiplicador. "Por cada persona que se suicida sufren entre 6 y 10 personas de su entorno".
Tras reconocer la falta de recursos del sistema sanitaria para abordar un problema tan complejo, puso en valor el trabajo del Tercer Sector, como el caso del Teléfono de la Esperanza, que organiza talleres para personas que han intentado suicidarse y familiares de los que lo han consumado. "La salud emocional y la atención en momentos de crisis es fundamental. Las familias quedan tocadas porque el suicidio sigue siendo un estigma social y no son capaces ni de pronunciarlo, además de que se sienten culpables".
El Teléfono de la Esperanza organiza esta tarde varias actividades a partir de las 17.30 horas en Botines.