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«Vivimos en una cultura pornificada»

Las Jornadas sobre Pornografía y Educación Sexual en la Adolescencia reúne en León a profesionales de diferentes sectores

Jornadas sobre Pornografía y Educación Sexual en la Adolescencia en Espacio Vías. ÁNGELOPEZ

León

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«El porno está por todas partes. Vivimos en una cultura pornificada. En la publicidad, en Tik Tok, Instagram, en las muñecas muy maquilladas y operadas, en algunas prendas que se venden para las niñas de cuatro años, en los videojuegos, los maquillajes infantiles, los títulos de las canciones...». Ha colonizado cualquier contenido que se busque en Google. «Si pones almejas, por ejemplo, o Virgen María, aparecen contenidos pornográficos. La Agencia de Protección de Datos ha llamado la atención a Google para que no venda dominios a PornHub. Sin embargo, si buscas ‘clítoris’, aparecen contenidos científicos, lo que da una idea de la importancia que da la pornografía al placer de las mujeres». La psicopedagoga, experta en estudios de género y especialista en coeducación, Sandra Sedano, alertó este sábado en León de la utilización de la industria pornográfica de todos los recursos, principalmente la tecnología, para llegar cada vez más a una población más joven. Sedano participó en la primera jornada sobre Pornografía y Educación Sexual en la Adolescencia, organizada por el Ayuntamiento de León.

De un consumo para adultos a un contenido «camuflado» para acceder a los menores. Según el Estudio sobre pornografía en las Illes Balears , en el que ha participado Sedano, el 17,5% de los menores de 8 ó 9 años tienen acceso a la pornografía. La mayoría de los adolescentes, el 93,3%, empiezan antes de los 14 años. Y alerta: «Toda esta cultura pornificada muestra un falso empoderamiento de la mujer a través de la hipersexualización».

«Cosificadas, sumisas, sexualizadas y con violencia». Esa es la imagen de la mujer que muestra la industria pornográfica, de la que beben cada vez personas más jóvenes que no tienen otra alternativa de educación sexual y afectiva. Las relaciones sexuales que muestra la pornografía para el colectivo LGTBI sigue el mismo patrón, una relación de explotación dominante y dominado, explica la doctora en Filosofía Ana Pollán, que intervendrá hoy con una ponencia titulada La nueva pornografía. «En la pornografía lésbica el objetivo no es, en ningún caso, mostrar una relación sexual real, sino que aparece caricaturizada y pensada para un público masculino y no para las lesbianas».

 

A por los niños

«La pornografía no tiene ningún objetivo artístico ni informativo ni científico, porque si hay un objetivo didáctico no se considera pornografía», aclara Sandra Sedano que destaca la agilidad de la industria en apropiarse de los nuevos avances tecnológicos para captar a un público cada vez más joven. Sedano habló de pornografía 5G. «Los depredadores están en la pantalla para captar vídeos de menores. Hay que tener mucho cuidado con los chats de los juegos. Van a saco a por los niños». Recordó el cambio drástico que en pocos años ha sufrido el consumo. «En los antiguos videoclubes había zonas con vídeos pornográficos, pero tenías que superar varias barreras. Primero que no hubiera nadie que te conociera, después pagar en la caja, en la que ten pedían el DNI, después necesitabas en casa un reproductor en una única televisión para toda la familia, por lo que había que esperar a estar solo, las revistas había que comprarlas. Pero en 2008 llegó el 4G, con imágenes de más calidad y la industria, que ya era millonaria, vio un filón para acceder a un público más joven, que tiene acceso a internet, con imágenes más extremas. En 2018 llegó el 5G, con mejor imagen, de acceso en móviles, redes sociales o videojuegos y entonces se lanzan a por la población infantil y lo blanquean camuflada en aplicaciones que utilizan los más pequeños. Y ahora la industria prueba con la Inteligencia Artificial».

Y todo para mostrar una sexualidad creada por hombres para hombres, que utiliza a las mujeres «a todas, discapacitadas, estudiantes, embarazadas...todos los perfiles valen, eso sí, sumisas y con violencia». Y Sedano advierte. «Lo que se ve en la pornografía no es ficción, todo lo que pasa es real, las penetraciones, todo es verdad, no hay truco».

Este es el contenido que los menores y adolescentes toman como ejemplo para sus relaciones. «En 2018, había un 15% menos de niñas que consumían pornografía. Miran por curiosidad, por placer y por ver lo que les gusta a ellos, para imitarlo», lo que genera una distorsión de la percepción de la realidad, una incomodidad con el propio cuerpo «y como consecuencia, un aumento de las cirugías de los genitales porque creen que lo que ven en la pornografía es el canon de belleza». Sedano alertó que las operaciones de vulvas han aumentado un 30% desde 2013.

Deterioro del placer

La pornografía está provocando el deterioro del placer y el aumento de las enfermedades de transmisión sexual. «En los vídeos porno no se utilizan preservativos, no existe la comunicación a priori ni una relación, hay una aceptación de la violencia y reducción de la empatía porque cada vez se necesitan contenidos más fuertes para activar el placer. Nos encontramos con chicos de 19 años que no pueden tener una erección si no ven pornografía». La asignatura pendiente es la educación sexual «impartida por personal especializado que no sea el docente del centro.

La psicóloga Elena Esteban Ordónez, abordó en la jornada la Pornografía y la Educación Sexual . «Los adultos tenemos que tomar las riendas, sobre todo desde las familias. Nos sentimos avergonzados a la hora de tratar la sexualidad y debe ser la familia la que lo aborde porque el profesorado tiene la limitación ideológica. Fallamos en una educación real sobre la normalidad física, la diversidad, y hemos dejado de lado la educación afectiva y todo lo relacionado con el placer. Los adultos interponen la ideología antes que tomar las riendas de la educación y negamos un derecho a los niños con consecuencias perjudiciales».