Reparto, el reguetón que se baila en Cuba
La cubanización del ritmo latino comenzó en las zonas residenciales en un país que no tuvo discográficas internacionales ni canales de música globales hasta 2018
En las playas, en las cafeterías, en plena calle o en los taxis. En Cuba hay un género musical endógeno omnipresente que, desde hace años, se ha impuesto en la isla a tópicos locales y corrientes globales, especialmente entre los jóvenes: el reparto.
Sus ritmos, que toman como base el reguetón y lo mezclan con elementos de la música bailable de la isla, distan de esa imagen en blanco y negro de la Cuba del chachachá y el danzón y la traen al mundo de la música urbana.
Para la musicóloga cubana Lalau Yllarramendiz el reparto es un «proceso de apropiación cultural del reguetón latino», pero con las particularidades del país.
Esta cubanización comenzó en los repartos (zonas residenciales) de un país sin discográficas internacionales, canales de música globales y sin internet móvil hasta 2018. Nació y se expandió fuera de los canales oficiales, sin espacio ni promoción en televisiones y radios estatales, donde apenas comienza a hacerse un mínimo hueco.
Los éxitos de artistas como Don Omar o Daddy Yankee llegaron a Cuba a través del llamado «paquete semanal» —contenidos de televisión por cable e internet del exterior descargados y distribuidos informalmente en CD y memorias USB por todo el país— y luego fueron ‘cubanizados’ por artistas locales independientes.
El reparto no está exento de polémica. El género ha sido señalado en repetidas ocasiones por sus letras machistas y por banalizar la violencia de género.
En septiembre de 2023, la televisión cubana pidió disculpas tras reproducir una canción de reparto con la siguiente letra: «Y cuando se emborracha, hacha / qué rico lo pacha, hacha».
Para la abogada feminista cubana Alina Herrera no hay dudas. El reparto tiene una esencia machista: «Sí, lo es y lo reproduce con bastante intensidad», sentencia en entrevista con Efe, aunque matiza al agregar que cree que «no es un problema del reparto» sino un «problema social».